España es uno de los países que peor llevan la transición a vehículos eléctricos en Europa. A pesar de que las ventas durante el año 2015 reflejan un porcentaje muy positivo (200% más que en 2014), la cifra asciende a tan solo 2.000 unidades, muy por debajo de Noruega, líder europeo en industria automotriz eléctrica gracias a los más de 22.000 coches verdes comercializados, una cuota de mercado que por primera vez supera la de los vehículos convencionales. Al país de los fiordos le siguen Francia, con 17.060, Alemania, con más de 9.000 unidades y Reino Unido, con 8.356.

Es cierto que en nuestro país cada vez son más los conductores que se lanzan a vender sus coches de segunda mano para financiar un turismo enchufable. Si se combina el dinero que se obtiene por la venta de un coche viejo con la ayuda del nuevo plan MOVEA, la adquisición de un vehículo verde puede resultar mucho más rentable que decantarse por uno de motor convencional.

El plan MOVEA (Plan de Impulso a la Movilidad con Vehículos de Energías Alternativas) sustituye al PIMA Aire, que premiaba la renovación de automóviles comerciales, y al Movele, que incentivaba la compra de vehículos eléctricos. Cuenta con una dotación de 16,6 millones de euros destinados a la financiación de vehículos de propulsión alternativa y al desarrollo de una red de infraestructuras de recarga. Aquellos conductores que se decanten por la adquisición de un vehículo poco contaminante pueden recibir hasta 5.500€ de ayuda, dependiendo del total de kilómetros que puedan alcanzar en modo 100% eléctrico.

Las ventajas de pasarse al vehículo eléctrico en Noruega, más baratos y exentos de IVA, no terminan tras su adquisición. Todos aquellos que circulen con las manos al volante de un coche poco contaminante tendrán permitido el acceso a carriles reservados a autobuses; utilizar el ferry, aparcamiento y peajes gratis; impuestos de circulación reducidos y utilización de toda la red de recarga repartida por todo el país sin coste alguno.

En España, la poca visibilidad del vehículo eléctrico en los medios de comunicación, la falta de información oficial sobre su funcionamiento y consumo, y la carencia de infraestructuras de recarga en nuestras carreteras, son los principales motivos que provocan desconfianza a la hora de adquirir un coche poco contaminante.

El ministerio de Industria aspira a alcanzar los 150.000 coches eléctricos circulando por las carreteras españolas en 2020 pero, observando las medidas de Noruega para obtener tal éxito en el mercado del vehículo eléctrico, las ayudas e inversión en infraestructuras del plan MOVEA no parecen suficientes para cumplir con el objetivo determinado.