Cuando conducimos debemos ser conscientes de que es obligatorio respetar todas las normas de circulación, no solo por nuestra propia seguridad y la de aquellos que nos acompañan, sino también por el resto de conductores que se desplazan a nuestro alrededor (en este enlace te mostramos el detalle que tienes que mirar siempre antes de pasar la ITV para evitar sustos). Desde la Dirección General de Tráfico velan por evitar los daños en carretera y tratar de impedir que un simple viaje pueda convertirse en un recorrido que acabe cambiando la vida de muchas personas para siempre (en este enlace te contamos lo que tienes que hacer cuando recibas la carta de la DGT).

A la hora de conducir es fundamental respetar las normas de tráfico de cada vía y no sobrepasar la velocidad establecida en las señales de tráfico. El exceso de velocidad puede suponer desde multas económicas hasta la retirada del propio permiso de conducir durante dos años. Para controlar la velocidad del tráfico, existen diferentes radares repartidos por las carreteras del territorio nacional. Eso sí, no todos son iguales ni te detectan a la misma velocidad (en este enlace te mostramos los nuevos márgenes de error de los radares que imponen los jueces). Por ello, aquí te mostramos los diferentes tipos de radares que puedes encontrar en tu viaje y a la velocidad a la que puedes ser cazado, dependiendo de la velocidad de la vía.

Radar Fijo

Son radares que siempre deben estar señalizados. Los radares fijos para velocidades de hasta 100 kilómetros por hora, cuentan con 5 km/h de margen, mientras que para velocidades de más de 100 km/h, los radares se calibran con un 5% de margen. Es decir, si cicrlulamos a 80, el radar saltará cuando sobrepasemos los 86 kilómetros por hora ya que existe un margen de 5 km/h. Sin embargo, si sobrepasamos los 100 km/h, el radar fijo saltará a los 126 km/h, ya que aplicamos el 5% de la velocidad excedida.

Radares móviles

Están situados en coches de la Guardia Civil oficiales o camuflados. Los radares móviles para velocidades que no sobrepasen los 100 km/h, disponen de 7 km/h de margen, mientras que para velocidades de más de 100 km/h, se aplica el 7% de margen. Es decir, si se circula a 90 km/h, hasta los 98 km/h no saltará el radar. Sin embargo, en velocidades de más de 100 km/h, el radar móvil no saltará hasta los 128,4 km/h, al aplicar el 7% de la velocidad excedida.

Radares de tramo

Calculan la velocidad media de un tramo de la carretera por imágenes al principio y al final del mismo, por lo que son más fiables que los radares fijos. Los radares de tramo para velocidades de hasta 100 kilómetros por hora cuentan con 10 km/h de margen, mientras que para velocidades superiores a 100 km/h, se aplica el 10% de margen. Hay que tener en cuenta que los radares de tramo controlan también a los coches que circulan por debajo del 50% de la velocidad establecida, los cuales también pueden ser sancionados.

Radar veloláser

Un radar pequeño que incorpora tecnología láser y es de fácil detección por el conductor. Gracias a sus características permite controlar a los vehículos que circulan hasta 250 kilómetros por hora tanto de día como de noche, y además, es capaz de detectar la velocidad de los coches en dos carriles de circulación en uno o dos sentidos.

Radar en cascada

Es la incorporación más reciente de la DGT. Consiste en colocar un radar móvil algunos metros después del radar fijo, de forma que si una vez pasado el radar fijo, debidamente señalizado, el conductor acelera pensando que el peligro de ser multado por exceso de velocidad ha remitido, se encontrará con un segundo radar móvil preparado para multarle (en este enlace te mostramos en qué consisten estos radares).