Por primera vez en su historia, Audi Sport, la división de altas prestaciones de la marca de los cuatro aros, ha dejado caer algunas gotas de su pócima mágica en un modelo todocamino de gran tamaño. Su propósito, establecer una nueva cúspide en esta subgama a base de potencia, un aspecto muy fiero y una dinámica impensable para un vehículo de sus proporciones.

En la isla de Tenerife y con las carreteras que conducen al Teide como testigo, pudimos descubrimos el potencial del motor 4.0 V8. Sus 600 cv y 800 Nm entre las 2.200 y las 4.500 rpm son el antídoto perfecto para el volumen y el peso de un coche de su tamaño hasta el punto de alcanzar los 100 km/h desde parado en sólo 3,8 segundos. Es una de las virtudes del RS Q8: hacer compatibles las cifras de un deportivo con el tamaño, el confort y el lujo de un crossover coupé premium.

Pero el mayor logro de Audi Sport ha sido proporcionar a este coche una calidad dinámica equiparable a sus homólogos de otros segmentos. La mayor anchura respecto al Q8 convencional (10 mm en el tren anterior y 5 mm en el posterior) pone las bases de unas vías más amplias, pero es la tecnología la que da la llave de ese comportamiento impropio de un SUV.

La suspensión neumática adaptativa con control de amortiguación de serie adquiere un ‘setting’ más extremo para eliminar por completo los movimientos de carrocería al atacar una curva o al pisar los imponentes frenos carbocerámicos que, como las llantas de 23 pulgadas, son opcionales. En virajes rápidos con fuertes apoyos entra en escena la estabilización activa electromecánica opcional que estabilizan el conjunto para que el RS Q8 gire plano. Las ruedas traseras directrices (también de serie) se encargan de multiplicar la agilidad del RS Q8, algo que salta a la vista en carreteras de montaña sembradas de curvas como las que envuelven al Parque Nacional del Teide. Por último, la dirección con una desmultiplicación abiertamente deportiva aporta al conductor unas sensaciones, una precisión y un tacto genuinamente RS.

EL SUV MÁS RÁPIDO DEL LUGAR

Durante la presentación en Tenerife pudimos ver en acción el mismo RS Q8 que estableció un nuevo récord en Nürburgring en la categoría SUV. El propio Frank Stippler, autor de ese 7:42.253, hizo de ‘chófer’ para un grupo de periodistas al volante de esta misma unidad cuyas únicas diferencias con el coche de serie estriban en la inclusión de una jaula de seguridad (condenando las plazas traseras) y un sistema de extinción de incendios y unos Pirelli P Zero algo más deportivos que los que lleva de serie. Nada más.

El mensaje es claro: con todo su equipamiento tecnológico, el RS Q8 entra con total merecimiento en la elite de Audi. Un club que no entiende de modas SUV o de favoritismos. Sólo acceden a él modelos tan capaces de estremecer a quien se pone al volante como de romper en mil pedazos el ‘crono’.

Y todo ello, con un coche que no se deja en el camino ni un ápice de su aire estaturario, su lujo y, si así se le pide a través del Audi drive select, su confort. Como su gemelo más civilizado, cuenta con los asistentes a la conducción más destacados de Ingolstadt: el reconocimiento de señales de tráfico, el control de crucero adaptativo, el asistente a la conducción en atascos, el de mantenimiento de carril activo, el de cambio de carril, el de tráfico transversal trasero y el de intersecciones.

DOBLE PERSONALIDAD

El Audi drive select, el selector de perfiles de conducción de la marca alemana, inaugura en este modelo los modos RS1 y RS2. Ambos son personalizables y pueden modificar la respuesta del motor, volante, cambio, línea de escape dual y las suspensiones para sacar lo mejor del RS Q8 en conducciones deportivas.

Sí, este SUV es una explosión de potencia y sensaciones, pero también se rodea de tecnologías para mantener a raya los consumos y las emisiones en una conducción relajada. El suavísimo cambio tiptronic de ocho velocidades, el start/stop automático, el motor V8 con desconexión automática de cilindros (2, 3, 5 y 8), el asistente de eficiencia y el ‘mild-hybrid’ cuyo sistema eléctrico de 48V permite que el coche circule por inercia hasta 40 segundos son sus herramientas. Aunque emplea la tracción integral quattro y su sistema de suspensión permite elevar la carrocería algunos milímetros en modo ‘off-road’, el asfalto es su medio natural.