El presidente de Seat y Cupra, Wayne Griffiths, asumió el cargo en octubre de 2020. Crisis por la pandeima, problemas con los semiconductores, la electrificación, el cambio de normativa, mercado inestable y a la baja. Vamos que aburrido no va a estar. En su primera visita oficial a una redacción, el presidente de Seat, compartió con Prensa Ibérica en EL PERIÓDICO sus inquietudes sobre el futuro del sector, las nuevas fórmulas de negocio y su pasión por Barcelona.

¿El cambio de combustión a electrificación es seguro?

La disrupción del coche de combustible al coche eléctrico hará emerger a nuevas marcas. Habrá nuevas oportunidades, en China han nacido nuevas marcas, o el ejemplo de Tesla. Cupra es una nueva marca y tiene ese espacio en ese momento de cambio.

Ustedes ya tienen un eléctrico. ¿En breve estrenan el Born?

Sí, en cuatro semanas. Es muy importante para nosotros porque es el primer coche 100% eléctrico, es un Cupra 100%, con diseño fantástico por dentro y por fuera, deportivo a nivel de handling, es muy buen coche y con una autonomía de hasta 500 kilómetros. Vamos a buscar nuevas vías de futuro, no solo con el coche sino también con el sistema de distribución. Lanzaremos el Born con un modelo innovador de agencia. Queremos dar un impulso a la venta online. Además también estamos estudiando el sistema de suscripción.

¿Cómo afronta su presidencia en un momento tan especial en todos los sentidos, la pandemia, la electrificación, la conectividad…?

Tengo ganas, ilusión y experiencia. Seat es mi destino. Cuando vine hace cinco años de nuevo a Barcelona era para ayudar a Seat a crecer y ser rentable. Vine de vicepresidente comercial. Y esos cinco años se han ido volando. Cuando llegué en 1991 ni me lo imaginaba. Pero era mi destino. Me siento un barcelonés más. Vine para quedarme. No solo era cuestión de venir a trabajar para que la compañía fuese rentable, sino trabajar para transformarla. Y asegurarme que en el futuro Seat siga aquí, siendo una referencia en el coche eléctrico. Es un reto tan grande que llevará tiempo pero yo estoy comprometido a nivel personal. Siempre me he sentido en casa. No es un paso más. Estamos en un momento de disrupción y con 55 años tengo la energía para hacerlo.

Hace poco anunció que Seat fabricaría un coche eléctrico aquí en España y se ha hablado mucho de las fábricas de baterías, de ensamblaje. ¿En qué punto estamos?

Hay que diferenciar lo que es una fábrica de producción de celdas de baterías y una fábrica de ensamblaje de baterías. El grupo ha anunciado una en el sur de Europa. Queremos que sea en España. ¿Dónde? La decisión no se ha tomado. Lo que nosotros sí necesitamos es hacer ese ensamblaje cerca de Martorell. Esta planta va a generar trabajo y queremos tenerla cerca. Son temas que implican una transformación enorme y en un tiempo récord que con el ‘green deal’ se ha acelerado mucho. Para cumplir con los requisitos que tenemos en Europa para 2030 más de la mitad de los coches que vendamos tienen que ser eléctricos. Ahora en España es solo un 5% del mercado y en Europa el 10%. Dentro de 8 o 9 años hay que lograr ese 60% del mercado. Y para ello hay que tener infraestructura.

¿Y la planta de producción de baterías?

Para la fábrica harán falta socios, el estado también estará, pero también proveedores, es de interés nacional. También es necesario el apoyo autonómico, porque no es un proyecto para una autonomía concreta sino para toda España. Este proyecto cumple con todos estos requisitos. Soy optimista y sé que nos van a apoyar. El proyecto del coche eléctrico no es solo de Seat, es de todo el país.

¿Fabricarán ustedes baterías?

La discusión sobre las fábricas de baterías está avanzando y nuestro presidente (Herbert Diess) estuvo la pasada semana en Bilbao hablando con el presidente de Iberdrola para el desarrollo de infraestructuras de recarga y el uso de energías renovables. Nosotros no sabemos de todo, no lo podemos hacer solos. Fabricamos coches pero también necesitaremos de gente que sabe fabricar baterías. Hay que estar implicados, si no nos pasará como con los semiconductores. Si tú no tienes tu propia capacidad de producción es un problema. Hemos visto esta tendencia de la globalización. Como con las vacunas o lo mismo sucede con la producción de baterías. Hay que ser competitivos, poder influir y ser parte del valor de toda la cadena. La batería tiene un valor de unos 6.000 euros en el precio de un coche eléctrico, hasta un 30% del coste.

¿España va muy lenta con la electrificación? ¿Por qué?

Comparado con el resto de Europa creo que en España falta un plan de ayudas para el coche eléctrico aún mejor. Los primeros coches eléctricos eran caros por su aporte tecnológico y también porque han venido desde segmentos superiores, con coches Premium, y el mercado Premium en España es pequeño. Falta un plan de subvención más a largo plazo, y a nivel nacional, no autonómico.

¿Y la infraestructura?

Eso va muy lento. Pero es como el huevo y la gallina. Si no haces coches no haremos puntos de recarga y al revés. Ahora se va acelerando con el Moves III. Y luego es importante hacer un coche eléctrico que la gente pueda comprar. Eso lo haremos.

Por eso harán el coche aquí. Sí o sí, ¿O hay plan B?

No. Solo hay plan A. Tenemos que hacer un coche eléctrico aquí en Martorell. Seguimos haciendo coches pequeños de combustión, sí, podemos seguir un tiempo, dos, tres años, y luego ¿Qué? Si no transformas ahora no tendrás oportunidades de futuro. Sería mucho más fácil hacerlo más tarde, porque hasta 2028 cerca del 70% del mercado seguirá siendo de combustión. Pero hay que dar el salto ahora. Es una inversión muy importante para nosotros y seguimos invirtiendo pese a que el año pasado tuvimos pérdidas por culpa de la pandemia. Este año seguiremos invirtiendo mil millones como parte del plan de 5.000 millones hasta 2025. En modelos nuevos y ahora tenemos la gran decisión del coche eléctrico. Si no tenemos influencia en esta parte del proceso no vamos a ser competitivos.

¿Será un modelo asequible?

Pusimos a España sobre ruedas hace 70 años y ahora lo haremos sobre ruedas eléctricas. Para que ese coche sea competitivo tienes que tener toda la cadena de valor. Si no, no es rentable. El precio debe estar entre 20-25.000 euros. Luego habrá versiones con más prestaciones, tipos de batería, autonomías, estilos de carrocería. Es una plataforma pequeña de cuatro metros pensada para varias marcas del grupo que lo puedan usar.

Electrificación y digitalización. ¿Trabajan en el tema de los datos?

El futuro no es solo ganar dinero vendiendo coches, sino con el tema de los datos, la conectividad, hay muchas ideas. Un nuevo León está más conectado. Los datos existen, están ahí, la pregunta es qué haces con esos datos. Tenemos Seat CODE, para desarrollo de software. La idea no es hacerlo nosotros solos sino trabajar con otros que saben de esto. En esta nueva economía se debe compartir más, ser más generoso. Nosotros sabemos coches y hay empresas tecnológicas muy potentes. ¿Porqué no podemos trabajar juntos? La solución de futuro es forjar alianzas entre empresas. En los primeros 30 años de mi carrera el automóvil evolucionó mucho, pero solo era evolución. Ahora es revolución. Todo cambia muy rápido. Y en la revolución, o la sigues, o la haces tú. Nosotros queremos hacerla..

La marca destacó por cómo superó el cierre por la pandemia…

Somos una de las empresas que más medidas han tomado en seguridad laboral sanitaria no solo en el país, sino en el propio grupo Volkwagen. Estoy súper orgulloso del trabajo de la doctora Patricia Such. Lo que ha hecho es ‘benchmak’. Hacemos test a todos los empleados. Hemos seguido trabajando, con total seguridad. Ofrecimos ayuda para vacunar a población cercana a Martorell, incluso con los camiones del equipo de competición a otras zonas, pero aún estamos esperando respuesta de la Generalitat. Nos hubiera gustado encontrar una respuesta más diligente a la colaboración desinteresada y solidaria de Seat y sus trabajadores..

Cupra, Seat MÓ. Muchos nuevos proyectos…

Podemos hacer cosas muy rápidas, y eso ayuda al grupo también. Somos marca pequeña que es ágil y puede experimentar, hacerlo a escala y pasarlo a otras marcas. Somos como una lancha rápida en un grupo de trasanlánticos.

¿En qué fase está la micromovilidad?

Nuestra intención es establecer Seat MÓ, la marca, y el modelo de negocio. Es el primer objetivo, rentabilizar esta primera fase, y el equipo lo está haciendo. Tiene una gran repercusión. Coge cada vez más empuje. Ahora con la vacunación la gente se moverá más, vendrá turistas que necesitarán moverse durante su estancia, y nosotros podemos ofrecer ese servicio de movilidad. En cualquier modalidad. Comprar movilidad, y tiempo, en varios formatos, porque solo con el ‘sharing’ es difícil sacar rentabilidad. Hay que tener cliente, datos y que este cliente vaya escalando de ‘sharing’ a suscripción y algún día comprar. Hay que enseñar, crecer, antes de dar otro paso.

¿Solo con patinetes y motos?

De moto a coche, y si hay algo en medio que tiene sentido, merece la pena considerarlo. Estaremos en las dos ruedas y las cuatro ruedas, que hasta ahora son coches, como el eléctrico que queremos hacer haremos en Martorell que puede ser una parte de esa oferta de movilidad, pero pueden ser otra cosa -en referencia al Seat MiniMÓ-.

Barcelona siempre ha vivido asociada al automóvil. Ese año celebra una nueva edición del salón Automobile Barcelona. ¿Cómo lo ve?

Creo que el concepto debe cambiar. Ginebra era mi feria favorita porque empezabas el año allí y todo era optimismo, positivo, energía. Todo el mundo estaba convencido de hacer grandes cosas y me gustaba mucho. Este año no se ha hecho. El pasado tampoco. El futuro del salón lo veo positivo, si evoluciona y cambia, sí, claro. Tiene que ser más que una exposición de coches, hoy en día el mundo digital es tan fuerte que no hace falta solo ver las primicias porque las ves online, habrá que ofrecer más y ofrecer algo que no se puede dar digitalmente, que son las experiencias. Emoción y entretenimiento. Y si son capaces de ofrecer más que solo exponer coches el salón de Barcelona tiene sentido. Me encantaría cerrar un circuito para probar los coches en Montjuïc, sería increíble. Digitalmente eso no se puede hacer.

El perfil

Wayne Griffiths: De huésped en el Hotel Montecarlo a un barcelonés del Eixample

Wayne Griffiths (Dukinfield, Inglaterra, 1966). Aterrizó por primera vez a Barcelona en 1991 para trabajar en Seat tras empezar en el Grupo Volkswagen en 1989. Hoy, 30 años después, preside la mayor compañía automovilística de España. Cosas de la vida, a su llegada se hospedó "en el antiguo Hotel Montecarlo, era marzo de 1991 y hacía frío, no había gente en las Ramblas". Hoy, en el mismo lugar, están las oficinas de Seat CODE, la división de software de la compañía. "Si alguien me dice entonces que acabaría como presidente de Seat y con una oficina en ese mismo lugar, le habría llamado loco".

Barcelona siempre le ha atraído. Incluso ha rehabilitado un piso en el Eixample cerca de Rambla Catalunya. Se fue a Audi, pero volvió hace cinco años. Siempre se ha sentido atraído por la ciudad. "Tiene un potencial enorme. No solo como ciudad de turismo y necesita estabilidad. Tiene luz, diseño, juventud, despierta optimismo. ¿Cuántas grandes ciudades europeas están al lado del mar? Muy pocas. Tenemos mucho en común con Seat y Cupra".

Amante del cine y la música. Fan de David Bowie y de Pedro Almodóvar (cuando llegó a Barcelona estrenaban ‘Tacones lejanos’). Su estilo se refleja en la marca Cupra. "Rebelde, desafío lo convencional, soy contemporáneo. Como Cupra. Me encanta el diseño, ya se ve (muestra cómo viste, su chaqueta y sus zapatillas). Me gusta mucho el Liceo, ir a los conciertos dels Jardins de Pedralbes, de joven salía de fiesta y luego me iba a desayunar al Palau de la Música a escuchar a la Orquesta Ciutat de Barcelona. ¿Dónde hay algo así en el mundo? En ningún sitio".