Sotrondio,

Miguel Á. GUTIÉRREZ

Captar industrias o asentar población. Ése es el dilema al que se enfrentan las comarcas mineras a la hora de fijar su modelo de crecimiento. El suelo, en unos valles tan angostos, es un recurso limitado y la convivencia de los dos patrones de desarrollo parece complicada. Más aún cuando los residentes exigen espacios atractivos, desde el punto de vista estético y medioambiental, que además se encuentren alejados de los centros fabriles. Así lo explicó el geógrafo y ex alcalde de Langreo, Aladino Fernández, en la charla organizada el lunes en Sotrondio por la agrupación socialista de San Martín. El debate viene de lejos, pero en los últimos días ha ganado actualidad ante el proyecto para instalar una central de gas en Lada.

Para el profesor de la Universidad de Oviedo las Cuencas están perdiendo la partida frente a zonas más dinámicas del centro de Asturias que han sabido especializarse en el sector terciario y la función residencial. «En las Cuencas se crea empleo, pero a riesgo de estar expulsando población. Buena parte del espacio que queda libre se dedica a industrias y nadie quiere vivir al lado de un polígono», explicó Fernández. El geógrafo reconoció, sin embargo, que se trata de una situación compleja debido a la carencia de suelo.

Fernández cimentó su charla esbozando los tres modelos territoriales que han marcado la base económica y el urbanismo a lo largo de la Historia. Desde el Neolítico, la base del ordenamiento fue la agricultura y la ganadería. La Revolución Industrial trajo consigo un paradigma de ciudad en la que prevaleció la mezcla de usos fabriles y residenciales en el mismo espacio. A finales del siglo XX se impuso la ciudad difusa, en la que priman «la calidad de vida y las exigencias estéticas» y que aboga por sacar las industrias del núcleo urbano.

Según los argumentos expuestos por Fernández, el empeño por asentar industrias pesadas en el entramado urbano de las Cuencas para sustituir al empleo perdido en la minería es un «planteamiento anacrónico» que además de suponer «un apego al pasado» tiene implicaciones «machistas», ya que «la verdadera incorporación de la mujer al mercado laboral se produce a través del sector servicios». En la misma línea, el ex alcalde de Langreo apuntó que ese sector terciario es el que realmente crea trabajo, ya que la industria actual «genera menos empleo, tiene más necesidad de suelo y arrastra los problemas medioambientales de siempre». Sin hacer una alusión expresa a la central de gas de Lada, el profesor universitario sí explicó que la concentración de plantas térmicas en el tramo medio del Nalón «puede ser contraproducente», al tiempo que manifestó su escepticismo ante «la superespecialización energética» hacia la que camina Asturias.

Medidas

Como alternativa de desarrollo económico, Fernández abogó por impulsar las pymes -«más hacia la pequeña que a la mediana empresa»- y las firmas del sector tecnológico. En ese sentido destacó que la «línea más interesante» es la seguida en espacios como el pozo Venturo, acondicionado para el asentamiento de una empresa de cartografía digital. También resaltó el impulso producido por el centro comercial de Alcampo y el Museo de la Minería de El Entrego, que sin embargo, «no está teniendo todo el aprovechamiento que en términos económicos sería deseable».

Para estimular el potencial residencial de las Cuencas, Fernández destacó la necesidad de facilitar la construcción de adosados; rehabilitar viviendas abandonadas en núcleos de ladera, incluso con sistemas de protección oficial; y actuar sobre las barriadas mineras, planificadas bajo las directrices de un urbanismo precario durante el franquismo. Además, el conferenciante se decantó por impulsar de forma decidida el tranvía y por potenciar los espacios próximos al río. También planteó crear cementerios de ámbito comarcal.