Rioseco, P. C.

Biólogos expertos en el estudio y conservación del urogallo cantábrico dudan de la viabilidad del programa de cría en cautividad que pretende poner en marcha el Principado desde las instalaciones de Sobrescobio. Destacan el escaso éxito que programas similares han tenido en otros países europeos y afirman que estos programes acaparan fondos necesarios para la conservación de unos hábitats que garanticen el mantenimiento de una población viable de urogallos cantábricos.

«El grupo de especialistas en tetraónidas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza desaconseja encarecidamente los intentos de reintroducción como medida de salvaguarda de poblaciones amenazadas de urogallo porque los costes son inmensos mientras que las probabilidades de éxito son remotas», señaló Rolando Rodríguez, doctor en Biología e investigador del Centro de Ecología y Conservación de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido. «La liberación de ejemplares criados en cautividad no constituye una solución, ya que, en el mejor de los casos, estos ejemplares se verán afectados por la misma problemática que afecta a los individuos salvajes, con la diferencia de que la capacidad de supervivencia de estos últimos en la Naturaleza es incomparablemente mayor», añadió Rolando Rodríguez, que añadió que al mismo tiempo que el Principado pone en marcha el plan de cría en cautividad «se está avanzando a gran velocidad en la destrucción de las escasas áreas aún existentes en las que subsisten urogallos con la construcción de tendidos eléctricos, carreteras, estaciones de esquí, explotaciones mineras...».

María José Bañuelos, doctora en Biología e investigadora de la Universidad de Oviedo, señala que los resultados del plan de cría en cautividad del urogallo cantábrico «podrían parecer positivos durante años, ya que es la última fase, la de la supervivencia de los ejemplares en libertad y la viabilidad de las poblaciones tras la suelta, la que no resulta efectiva; es decir, la medida puede tener en un primer momento una gran repercusión mediática, pero con pocos o ningún viso de éxito final. Además se llevará una porción importante de los limitados medios disponibles para tratar de recuperar las poblaciones de urogallo en la cordillera Cantábrica».