Tras más de veinticinco años de trabajo mediático, la revista «Alto Nalón», editada en Pola de Laviana por el poeta Albino Suárez Cortina, deja de ver la luz en los quioscos y tiendas de prensa. Un tiempo de esfuerzo intenso y laborioso en el campo del periodismo local, sin olvidar temas regionales que tan bien llegaban a la gente. Todo lo referido a la vida cotidiana de nuestro devenir se condensaba en esos ejemplares en forma de crónicas, comentarios, artículos, poemas, dibujos y fotografías. Un auténtico documento necesario para acercarse a la realidad de una época pasada y presente que el tiempo va arrastrando indefectiblemente hacia caminos casi perdidos y que el papel cuché se encarga de custodiar para las generaciones venideras. Hay mucha historia y muchos recuerdos en esas páginas de la revista de los sentimientos regionales como así reza en su cabecera.

La labor de corresponsal es muy meritoria y básica para aproximar las noticias y los sucesos de un determinado lugar y proyectarlos al abanico regional a través del periódico. Albino Suárez Cortina, con ímpetu y entusiasmo, hizo durante muchos años de embajador mediático de las cosas de Laviana y de la zona alta naloniana. Y en ese interregno del periodismo local aprovechó para editar su apreciada revista con sus páginas cargadas de realidad popular y profusamente ilustrada con interesantes instantáneas del momento y antañonas, que suponían un aliciente memorable para el lector aficionado a ese tipo de historias. La labor desarrollada por este miembro de la Asociación Asturiana de Periodistas y Escritores de Turismo (ASPET) en el terreno del periodismo rural ha sido loable y práctica. ¿Qué sería de los pueblos, en este caso de Laviana, sin gentes luchadoras y abnegadas como Albino para alcanzar propósitos de promoción mediática? Nada. Pienso que su ánimo, su ahínco, su perseverancia y su amor al solar natal le han llevado a realizar tareas ingentes, y a veces incomprendidas, a favor de la comunidad. Sólo de esa forma se entiende su empuje y voluntad de acción hacia esa meta. Y es que con ese vehículo de comunicación que ha sido «Alto Nalón», hemos aprendido a acercarnos a lo próximo, a lo íntimo, a lo familiar. Medio siglo de trabajo periodístico es mucho y bueno, uno bien lo sabe. Como ejemplo, ahí están esos ejemplares para demostrar los miles de kilos de palabras fijadas en el papel que este «hombre de la mina» ha puesto a disposición de las gentes de estos entornos del Nalón alto, de todos nosotros, de todos los asturianos para disfrute de su esencia literaria. «Alto Nalón» no volverá a tener su cita con el lector. Se ha quedado en la línea de una realidad que obliga a su editor a detener «sine die» la tirada de ejemplares. Ha llegado el momento del descanso y la vida conlleva transformaciones. Ahora, Albino se refugiará en la vida jubilar y quizá se entretenga en jugar con el blog informático, una forma de seguir invadiendo el alma poética y periodística. El amor por las letras es todo un enganche y a buen seguro que ese gusanillo cultural permanecerá en la mente fresca de este escritor lavianés de largo recorrido. Albino, una persona hecha a sí misma, que con tesón y orgullo sentimental ha marcado en el anaquel de la memoria, el acontecer de un tiempo de toda una colectividad.