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l 2 de abril de 2008. Venturo XXI, en un viaje promocional del Principado, alcanza un acuerdo con el Gobierno de Angola para realizar la cartografía de las regiones de Luanda y Huambo. El contrato estaría valorado en más de 5 millones de euros.

l Verano de 2008. Los promotores de la compañía realizan una tasación de la sede, que realiza la sociedad Krata, que valora el inmueble en 3,5 millones de euros.

l Noviembre de 2008. Venturo XXI ejecuta la opción de compra que había obtenido previamente y compra, por 360.000 euros más IVA (382.500 euros) el inmueble y su aparcamiento. Paga 3,1 millones menos de su valor de tasación a la propietaria de las instalaciones, Hunosa. La plantilla critica la operación porque la empresa tiene pérdidas desde el primer año.

l 31 de diciembre de 2008. La firma reduce su capital de 2,5 millones a 1,2 millones. A finales de este año la plantilla, que llegó a ser de 124 empleados, ya se ha reducido a 73, el mínimo para no devolver las ayudas de los fondos mineros.

l 13 de enero de 2009. Venturo XXI presenta ante la dirección general de Trabajo un expediente de regulación de empleo temporal de 6 meses para 43 trabajadores. Tras negociar las condiciones, son 33 los empleados que, como máximo, pueden estar cuatro meses al paro. La empresa justifica la medida «por causas organizativas y productivas».

l Noviembre de 2009. Se producen los primeros retrasos en los pagos de las nóminas a los 73 empleados.

l 12 de enero de 2010. La compañía realiza una nueva reducción de su capital social, que pasa de los cerca de 1,2 millones a los 103.840 euros.

l 22 de febrero de 2010. La plantilla realiza su primer protesta por la marcha de la compañía: retrasos en los pagos, descapitalización... denuncian además la mala gestión de los promotores. El contrato de Angola, según la plantilla, «ni ha sido visto ni se le espera».

l 7 de abril de 2010. Venturo XXI entra en concurso de acreedores tras ser aprobada su solicitud por el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Oviedo.

A partir de este momento, las movilizaciones de la plantilla, con el apoyo sindical, han sido continuas. Pese a todas las facilidades recibidas, el futuro de la empresa es más que dudoso, a no ser que la Consejería de Industria encuentre, a muy corto plazo, unos inversores interesados en hacerse con la empresa y sacarla adelante. El Consejero no ha asegurado la continuidad de toda la plantilla si eso ocurre.