Ex gerente de la ciudad tecnológica e industrial de Valnalón, en Langreo

Langreo, J. VIVAS

José Manuel Pérez, «Pericles», se jubila después de dedicar 23 años de su vida a la ciudad tecnológica e industrial de Valnalón, una labor que él mismo considera como el trabajo de su vida. Sin embargo, su camino no termina aquí. Como buen emprendedor, Pericles ya piensa en los pasos a seguir: charlas, cursos y la difusión de los conocimientos adquiridos en estas dos últimas décadas son algunos de sus proyectos a corto plazo. El padre de Valnalón tiene cuerda para rato.

-Veintitrés años al frente de Valnalón y ahora decide marcharse, ¿por qué?

-Porque me jubilo, cumplí los 65 años el pasado día 3 y me toca dejar el puesto. No es una decisión de ahora, ya lo pensé hace dos años y medio porque me parecía que mi generación tiene que pensar en dejar paso cuanto antes a los que vienen detrás. El cambio de la sociedad en los últimos treinta años hace que la gente venga mejor preparada que los que estamos aquí. Además, espero que con mi marcha se cree algún puesto nuevo de trabajo.

-¿Y ahora, dónde ha fijado sus miras?

-Llega un momento en que quiero hacer muchas cosas, trabajar en campos novedosos e interesantes, en temas de emprendimiento español y mundial. Desde Valnalón exportamos el saber hacer en cultura emprendedora y quiero seguir en ello, dando charlas, cursos, escribiendo, tanto en emprendimiento social como empresarial. También quiero trabajar en temas de cooperación al desarrollo y al final seguro que tendré que organizarme en tres jornadas de 24 horas. Aún así, mi primer trabajo será ver lo que quiero hacer a partir del lunes. También he de decir que tuve muchas ocasiones de irme de Valnalón, pero nunca se me pasó por la cabeza. Incluso me ofrecieron un cargo importante en temas deportivos, pero tenía muy claro lo que quería hacer.

-También ha dedicado gran parte de su vida al deporte, ¿hay sinergías con el mundo emprendedor?

-Todas. Hay empresas como la de Valdano, donde deportistas de élite se dedican a ofrecer charlas en empresas. Cuando empecé a trabajar en Valnalón me di cuenta de que hay un gran paralelismo, el deporte enseña la persistencia, ser capaz de sufrir y tirar para adelante, la estrategia, el entrenamiento, el trabajo en equipo, todo es necesario para la vida.

-Lo suyo han sido muchos años de trabajo en pos de los emprendedores, ¿qué balance hace de ello?

-Fue el trabajo de mi vida. Trabajé en Duro Felguera veinte años y durante ese tiempo trabajaba para ganarme la vida, mientras que por la tarde me dedicaba a lo que verdaderamente me gustaba, que eran los temas de deporte y juventud, con lo que tenía dos vidas distintas. En Valnalón conseguí unificar ambas, trabajar en lo que me pedía el cuerpo y, además, ganarme el pan. También tenía vocación de trabajo con la gente joven, algo que también hemos conseguido en Valnalón, yo decía que esto era como el balonmano, que había que llevar la vocación emprendedora a los más pequeños, pero lo veían raro. En fin, creo que logramos un proyecto coherente y fuimos capaces de ponerlo en marcha con el apoyo de las instituciones, como la Consejería de Industria o el propio Ayuntamiento de Langreo, cuando al principio nadie daba un duro por nosotros.

-La innovación y la cualidad de ser pioneros es otra de las características de Valnalón...

-Sí, aunque otros se empeñen en decir que lo hicieron ellos antes (risas). Un ejemplo de ello es el telecentro, que fue el primero de Asturias, o el centro SAT de apoyo a empresas. Siempre estuvimos a la que saltaba, analizando las oportunidades. También nos volcamos mucho con el tema de las nuevas tecnologías, en Asturias había una resistencia a este campo porque parecía que iba en contra de la industria. Valnalón se introdujo en las nuevas tecnologías hace once años con Incubatic para empresas TIC y hace cinco años captamos a Capgémini, que venía con el apoyo del IDEPA. También somos referencia en España respecto al tema educativo porque se nos ocurrió pensar que el emprendedor se podía empezar a gestar desde la infancia.

-Inició su vida laboral como docente antes de pasar al mundo emprendedor, aunque lo dejó al poco tiempo, ¿volvería a probar ahora con la experiencia que tiene acumulada?

-Ahora sí puedo decir que he dedicado toda mi vida a la enseñanza, pero como entrenador. La diferencia con la docencia que abandoné, es que aquí enseñas a los que quieren aprender. En este mundo, cuando asesoras, apoyas y trabajas con un emprendedor, también están enseñando. En mis inicios como profesor daba clases de torno, e incluso trabajé de tornero. Era algo mecánico, se lo explicabas a 17 alumnos y cada uno lo entendía de una forma. Por eso valoro mucho el trabajo de los profesores, porque el suyo es un trabajo muy difícil.

-Durante todo este tiempo, ¿cuántos alumnos han pasado por Valnalón? ¿y empresas?

-En Asturias llegamos a 174.000 alumnos en los últimos 18 años, mientras que fuera de la región hemos llegado ya a 100.000. En el caso de las empresas, por Valnalón han pasado ya 383 compañías. Y eso que arrancamos en una época cuando el desempleo estaba por encima del 20%, con lo que crear una empresa era algo muy complicado. Recuerdo que abrimos el centro con siete espacios para otras tantas compañías que luego se fueron renovando. Y cuando empezamos a rodar, nos dimos cuenta de que la formación emprendedora tenía que empezar mucho antes, en primaria, y que debía de impartirse como la Educación Física, con dos horas a la semana. De ahí nacieron los programas en la escuela.

-Con el paso del tiempo, Valnalón se ha convertido en un emblema más de las Cuencas, ¿está satisfecho?

-Claro. Me gustaría que todo lo que hacemos aquí sirva para ayudar a que la sociedad cambie de mentalidad. Sirva recordar que hablar de emprendedor en las Cuencas estaba muy mal visto, ahora somos referencia en España. Es más, lo estamos exportando a regiones como el País Vasco, Cataluña o Navarra, que aparentemente son más emprendedores que nosotros. Recuerdo que desde Andalucía quisieron introducirse en la cultura emprendedora y fueron buscando apoyos en otras regiones, pero todo les llevaba a Asturias, les costaba pensar que un programa como el nuestro se desarrollase en el Principado de Asturias y todavía más en las Cuencas. Por otro lado, mi satisfacción es que la sociedad vea que ser emprendedor no es algo difícil.

-¿Queda trabajo por hacer?

-En la actualidad estamos desarrollando un trabajo importante de apoyo a emprendedores y lo que nos queda por hacer es la consolidación de proyectos empresarios. También estamos trabajando en otra línea, la de infraestructuras empresariales, tenemos una serie de promociones de naves y edificios que creemos serán un apoyo muy útil para las empresas. Un aspecto reseñable es que en las Cuencas no hay espacio para empresas industriales, con lo que hay que apostar por otro tipo de firmas, como las de tecnologías. Cada empleo en una de estas últimas empresas ocupa sólo dos metros cuadrados, mientras que en una empresa industrial sube hasta los cincuenta metros cuadrados.

-¿Son las Cuencas un buen lugar para los emprendedores?

-Sí, pero cualquier lugar es bueno porque emprendedores hay en todos los sitios. Lo que ocurrió en las Cuencas es que había empresas que taponaban la creación de otras. Por otro lado, también depende mucho de la propia sociedad. No es igual la catalana que la nuestra, el ecosistema influye mucho. El mercado asturiano es mucho más cerrado que el de Madrid o el de Valencia, donde hay más posibilidades, por eso creo que los emprendedores que arrancan en las Cuencas tienen que pensar también en más mercados, porque no sé si merecerá la pena dedicarse sólo a Asturias.

«Logramos un proyecto coherente y lo pusimos en marcha cuando nadie daba un duro por nosotros»

«En Valnalón logré unir mis dos vidas, trabajar en lo que me pedía el cuerpo y además ganarme el pan»