De ascendencia francesa, nace en Gijón (1849) y fallece en Madrid (1915), licenciado en Ingeniería de Minas, en la especialidad, Geología; nominado como director de la mina de «Mosquitera» (Carbayín), trazó los planos para instalare el primer lavadero mecánico de Asturias. Asumió el mando en «María Luisa» y «La Justa» (1886), configurando la «Unión Hullera», amén de la absorción de otros yacimientos, finalizando con la fusión de la sociedad «Duro-Felguera», la más óptima empresa siderometalúrgica española, tras la vasca «Altos Hornos de Vizcaya». Trabajador incansable, realizó sus labores en Sama y la villa marinera, donde constituye el «Sindicato Asturiano» en el puerto del Musel (1900) que iniciaría sus actuaciones en 1907 y siendo rector de «Duro-Felguera», el mismo año, se inaugura el «Sanatorio Adaro», institución clínica de traumatología y heridos mineros-siderúrgicos, con 18 camas, perteneciente a la Mancomunidad Sanitaria de la Empresas. El proyecto hospitalario, realizado por el arquitecto cubano, Manuel del Busto Delgado (1874/1948), que habría ejercido en León, Gijón y Sama, planificando el edificio -en el país caribeño- del «Centro Asturiano de la Habana» y «Banco Herrero» en Oviedo, la casona-palacio del «inventor» de la manzana que ostenta su nombre, García-Sol, en Granda (Gijón), el «Sanatorio Marítimo» y varios cines gijoneses. Adaro, procuro la rebaja de las tasas en el transporte del mineral por el ferrocarril de Langreo, respaldó la construcción del Musel, presidente de la Cámara de Comercio de Gijón, acometiendo la empresa de la gran «Exposición Nacional» (1899), estableció la Caja de Ahorros, fundando la compañía «Adaro y Maín» (1901), dedicada a efectos industriales, destacando las lámparas de mina, sociedad que subsiste en la actualidad.

Alentó y difundió fervientemente el uso del carbón asturiano para los buques de la armada española, creó el Banco Gijonés. Desde Madrid, le encomendaron la representación gráfica del Mapa Geológico de España, editando dos libros versando sobre carbones nacionales. A los tres años de su muerte -festividad de Santiago- se ubica su escultura en el parque Dorado de Sama, junto a la efigie de «La Carbonera» (mujer trabajadora minera), obra del artista Lorenzo Coullut Valera, valenciano, constructor del «Santón» en el Sagrado Corazón de Gijón. A causa del deterioro sufrido fue restaurado por el artista ovetense Andrés Rodríguez (1979).

La anécdota de la glosa, la proporciona una señora hospitalizada en el Adaro, en diciembre de 1958, debido a una reconstrucción funcional del colón descendente, desahuciada medicamente, media una monja acerca del santo Padre Coll, produciéndose el milagro de retornar a la vida, tras la operación del doctor Antuña Zapico; hubo proceso de beatificación durante diez años y en julio de 1977, el Papa Pablo VI, reconoce como milagro el restablecimiento -opinión de todos los médicos- de la mujer que ingresó incurable. El hospital cuenta en la actualidad con 170 camas.