Durante la celebración de las de San Pedro, en La Felguera, en la Casa de la Cultura «Alberto Vega» se celebró la presentación de un libro de poesía. A mi parecer una manera perfecta de comenzar los festejos de mi pueblo. Aprovecho la oportunidad, para felicitar a Cauce del Nalón y al Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas, como organizador y colaborador del acto, respectivamente.

Pero dejémonos de rollos, el actor principal, el protagonista, es un felguerino de pro, ha puesto nuestras calles, nuestro entorno más cercano, en el Universo Literario y lo ha hecho con pasión y con compromiso, dos términos, que para mí, definen la personalidad de Javier García Cellino. Javier tiene un compromiso vital con la poesía, es algo intrínseco a su persona, a veces cuando le acompaño en un paseo por la ciudad o tomando un vino, sus dedos están contando sílabas, tratando de buscar la musicalidad de un verso, tan brillante como «¿Qué somos, en verdad, si no una palabra que entra y sale de los sueños?».

Javier no forma parte de los cenáculos poéticos, su poesía yo la definiría como evolutiva, siempre en busca de ese verso sublime, que cuando encuentra recita con un hálito de locura. Esa locura que yo creo que hay tener para ser un artista. Esta última etapa de prosa poética, simbolista, surrealista, es en la que más cómodo se encuentra, y en la que sigue poniéndose de parte de los débiles frente a los que ostentan el poder, algo que siempre caracterizó su obra a lo largo del tiempo y que persistirá, porque forma parte de su Universo Vital, como ciudadano, palabra algo manida en los tiempos que corren. Pero lo cierto es que en el caso del poeta que nos ocupa, muchos de sus conciudadanos, hemos tenido ocasión de corroborarlo en muchas ocasiones.

A Cellino le cuesta decir no a cualquier causa noble, sea esta del índole que sea, literaria, laboral, ciudadana. Como bien dice no entiende de causas perdidas, «quizás desencantado, pero no derrotado».

El libro que se nos brinda la oportunidad de conocer está editado por una editorial madrileña, Vitrubio, en su colección «Cuadernos del Carmen». Ya tiene otro poemario en esta misma colección, «Homéricas», que refleja otro universo obsesivo del autor, La Iliada y los posteriores y épicos viajes de Ulises escritos por el aedo griego Homero, que son un continuo en toda su obra. Bajo el titulo «Territorio para el fuego», Javier sigue dándole vueltas a su particular universo poético, un circulo que se va cerrando sobre si mismo, desnudándose y dejando entrever el mundo interior del poeta, sus obsesiones, utilizando un lenguaje cada vez más conciso, sin artificios.

La presentación del libro corrió a cargo del poeta asturiano Miguel Allende, que nos dio pistas sobre cómo profundizar en el lenguaje poético de Javier.

Os invito a todas y todos a la lectura de este poemario, que considero puede ser una forma magnífica de alimentar el espíritu, para un comienzo distinto de este periodo de vacaciones y fiestas.

«Haiku de verano» poema de «Territorio para el fuego»: «Crece la noche. Su altiva cabellera nido de fuego».