La compañía Duro Felguera, que tiene previsto cerrar sus dos últimos centros de trabajo en Langreo -Melt y el «tallerón» de Barros- es, para este concejo, algo más que una empresa. Su núcleo de población más grande, La Felguera, debe su nombre y su crecimiento a la firma fundada en 1857 por Pedro Duro. Cambió de patrón, dejando de lado a Santa Eulalia, y las fiestas de la localidad empezaron a festejarse el día del santo del empresario. La existencia de Duro Felguera, que ahora ha decidido abandonar de forma definitiva el concejo, ha marcado decisivamente los orígenes de La Felguera, y por lo tanto, la historia de todo Langreo.

Antes de que Pedro Duro (1811-1886) llegase a Langreo, La Felguera, como núcleo único de población, no existía. En la zona había cuatro pueblos, La Pomar, Vega, El Puente y Turiellos, que a medida que crecían fueron acercándose y uniéndose. El nombre por el que se conocía a este núcleo de población resultante era el de Turiellos. Algo que cambió la decisión de Pedro Duro de instalar su gran fábrica en el denominado «praón» de La Felguera, en Turiellos, los terrenos que ocupa la actual ciudad tecnológica e industrial de Valnalón. Este «praón», una «felguera» (una zona con muchos helechos) tenía todo lo que buscaba el empresario para llevar a cabo su inversión: agua, mucho carbón en sus alrededores y un gran avance técnico, el ferrocarril. La finca, de «34 días de bueyes» (una medida de superficie tradicional equivalente a lo que araban diariamente una pareja de bueyes, unos 1.250 metros cuadrados) tuvo un coste de 19.000 reales. Tras la puesta en funcionamiento de la fábrica de «La Felguera», la denominación de Turiellos fue poco a poco cayendo en desuso. Todos los vecinos de Langreo, del valle del Nalón y de Asturias pasaron a conocer la localidad por el nombre que le daba la fábrica. En 1902 el núcleo de población pasó a llamarse oficialmente La Felguera, una identidad forjada a base de hierro, carbón y mucho trabajo.

Las fiestas de La Felguera, además, también tienen su jornada grande el día de San Pedro en honor a Pedro Duro. La primera edición de los festejos se celebró en el año 1908, y su programa recogía que se iba a «festejar a San Pedro y rendir homenaje a la memoria del varón ilustre fundador del pueblo». Las fiestas nacieron como consecuencia de la costumbre que tenía Pedro Duro de dar limosnas a los pobres el día de su santo y de contratar gaiteros para celebrarlo. El programa de aquellas primeras fiestas incluía también una procesión desde la tornillería hasta la estatua de Pedro Duro que había en la fábrica y una ofrenda de flores de los obreros ante la escultura.

Con el tiempo, además, la celebración de estas fiestas y el fuerte arraigo que la empresa fundada por Duro seguía teniendo en La Felguera acabó provocando que la localidad cambiase su patrón. Durante muchos años las fiestas se celebraron homenajeando a Pedro Duro, pero la patrona de la localidad era Santa Eulalia. Fue así hasta el año 1962, cuando el párroco de aquella época, José Arenas, se encargó de llevar a cabo las gestiones necesarias para dejar de lado a Santa Eulalia y reconocer a San Pedro, el santo patrón de Duro Felguera.

La empresa que ahora pretende dejar sin ningún centro de trabajo el concejo que la vio nacer en 1857 no sólo forjó la identidad de La Felguera. También resultó decisiva su intervención en el crecimiento demográfico experimentado a mediados del siglo pasado en la comarca, un aumento de población derivado del auge de la actividad siderúrgica y minera. En 1857, cuando inició su actividad la empresa de Pedro Duro, Langreo contaba con unos 7.800 vecinos. Con la llegada del nuevo siglo esta cantidad había llegado a los 18.700. Desde ahí y hasta 1920 se produce un «boom» que eleva la población a los 39.000 vecinos, algo menos de los que hay en la actualidad (unos 43.500). Muchos de estos nuevos vecinos llegaron desde las provincias cercanas (Lugo, León, Orense, Zamora, Valladolid) y también desde Portugal. Entre los años 40 y 60 la autarquía y el desarrollismo del régimen franquista impulsarían la producción industrial y minera de la comarca. Se reclutaron obreros en Andalucía, en Extremadura, en Galicia y Levante. La población se elevó hasta los 72.000 vecinos hacia 1965.

Este crecimiento de la población llevó a Duro Felguera a impulsar, a lo largo de su historia, la construcción de alrededor de cinco mil viviendas en el Valle, algunas de ellas en colaboración con el Estado. De esta forma se construyeron el barrio Urquijo, La Concordia y La Reguera (La Felguera); La Joécara (Sama); El Serrallo (Sotrondio); El Pilar y El Nalón (Lada); La Puente Carbón (Ciaño) y El Coto (El Entrego), además de diversos bloques en Tuilla, Laviana y Blimea.

A mediados de los 60 Duro alcanzó su cota máxima de actividad, con una plantilla que llegó a los 25.000 empleados entre minas, metalurgia y actividades complementarias. Actualmente tiene dos millares, de los cuales 185 son los que quedan en Langreo, 116 en Felguera Melt y 69 en Felguera Construcciones Mecánicas, los dos talleres que la dirección de la compañía planea ya cerrar. Hace poco más de un lustro la empresa aún mantenía unos 600 empleos en Langreo, entre filiales y talleres metalmecánicos. En la década de los setenta todavía eran más de 2.000 (más de los que tiene hoy en día Hunosa), y eso que entonces, tras una grave crisis económica, ya se había desprendido de las minas (que se integraron en Hunosa) y las instalaciones siderúrgicas (que pasaron a Uninsa, después a Ensidesa). Tras 156 años en Langreo, un tiempo en el que la empresa de Pedro Duro forjó la identidad de La Felguera, la junta de accionistas de la compañía, donde se anunció su marcha de Langreo, fue el escenario de la pérdida de los orígenes de todo un concejo.