Un brusco cambio de tiempo impidió que el montañero discapacitado Indalecio Blanco consiguiese su reto, la cima del Aconcagua. De repente se cruzó todo. Del calor, y de prácticamente andar en pantalón corto y camiseta, se pasó a un frío tremendo, y condiciones muy inestables, que supusieron que la nieve alcanzara un espesor de metro y medio. La decisión fue dura, pero era necesaria. Indalecio Blanco decidió abandonar en su segundo intento de ascender el Aconcagua, pero para él sigue siendo un éxito. Su afán de superación sigue intacto y quiere demostrar que a pesar de tener una discapacidad de un 65 por ciento por una parálisis cerebral, se puede conseguir y alcanzar lo que se quiera.

Indalecio Blanco fue recibido junto a la alpinista Rosa Fernández ayer en el Ayuntamiento de Langreo. Un acto emotivo, junto a sus familiares y amigos, en el que el montañero de La Nava dejó claro que vive sensaciones únicas en la montaña y que no duda en que volverá a intentar alguna ascensión, aunque de momento no piensa en regresar al Aconcagua a por su tercer intento: "Mi reto ahora es volver a la montaña, tengo ganas de seguir, pero con los pies en el suelo. De momento no pienso en un tercer intento al Aconcagua".

A sus 42 años lleva 22 practicando este deporte. Lo descubrió cuando se preparaba en 1992 para los Juegos Paralímpicos de Barcelona. "Para mí la montaña es un reto de superación donde no hay un rival. Tu contrincante eres tú mismo", explica Blanco.

En la montaña vivió un contraste de sensaciones. "Hay de todo tipo. Recuerdos mejores a nivel personal y también peores. Los malos es no haber podido superar la marca otra vez. Y los buenos haberme demostrado a mí mismo cosas que hice y que pensaba que no sería capaz", argumenta.

Rosa Fernández reconoció ayer que esperaron a que Indalecio fuese el encargado de tomar la decisión de abandonar. Señaló que era la decisión más oportuna, ya que las condiciones eran peligrosas y era demasiado arriesgado. - Indalecio entendió perfectamente la situación: "Fue un momento duro y triste. Estuve preparando esta expedición mucho tiempo. Tenía mucha ilusión y me había esforzado mucho. Y fallé cuando todo dependía de mí".

Las sensaciones son contrarias. Por un lado la tristeza de tener que dejarlo. Pero por otro la alegría de todo el apoyo recibido. Y es que este proyecto estuvo enmarcado en una campaña apadrinada por el Ayuntamiento de Langreo, la Asociación Langreanos en el Mundo, la Asociación Amigos del Deporte y la Federación de Montaña del Principado de Asturias.

Juan León Quirós, presidente de la Asociación Amigos del Deporte, explicó que el coste estimativo, a falta de confirmación, de esta aventura fue de 22.500 euros. La financiación fue posible gracias a los 11.000 euros de ayuda de patrocinadores y colaboradores, y a los 15.000 recaudados con la venta de 15.000 pulseras solidarias vendidas con el lema "Yo voy. Aconcagua 2014". El dinero restante fue destinado a la ONG "Mensajeros de la Paz", para construir comedores sociales.

Precisamente, ese respaldo es otro de los motivos de orgullo de un Indalecio Blanco que agradece el gran apoyo de su familia: "En ese momento lo que quieres es llegar. Estás a muchos kilómetros de los tuyos y los echas de menos. Tienes que compartir con la familia tantos los éxitos como los fracasos. Lo más duro fue desde el momento en que decides dar la vuelta hasta que llegas a casa".

Sobre su futuro, como no podía ser de otra manera, la palabra montaña aparece ligada. Tiene claro que le gustaría afrontar algún reto más cuanto antes, pero todo bien estudiado. "Tengo bastantes retos y proyectos. Uno de ellos es volver a la montaña y pronto si puede ser. No es una cosa que se pueda hacer en un mes, pero si me gustaría hacerlo pronto. Y el otro es terminar un libro que estoy escribiendo, que se llama "Con afán de superación"".

En el acto de homenaje en el consistorio de Langreo, la alcaldesa, María Fernández, no dudó en calificar como triunfo la actuación de Indalecio Blanco. "Su afán de superación le acompañará hacia muchas gestas. No se logró hacer cumbre, pero no por ello desmerece todo lo que se hizo"., afirmó María Fernández.

En la misma línea, Juan León Quirós, presidente de la entidad que entrega los premios Delfos, alabó un proyecto que se puso en marcha en septiembre de 2012, y toda las ayuda que han recibido. Sin olvidar las lecciones que aporta a todos Indalecio. "No cabe la derrota en esta ascensión. Todo podemos conseguir metas si nos lo proponemos", afirmó.

Los acompañantes

Rosa Fernández, que acompañó en esta travesía al montañero langreano junto con el sherpa nepalí Dawa Tshiri, señalaba, por experiencia propia, que pese no hacer cumbre, el esfuerzo por encima de los 6.000 metros (6.957 tiene el Aconcagua) es mayúsculo.

Si la anterior vez que probó fortuna se quedó a escasos metros de la cima, en esta ocasión la nieve impidió que ni siquiera pudiera aproximarse. Pero no por ello desistirá, ya que ha notado el calor y apoyo de todo el mundo del deporte. Y es que el reto "Aconcagua 2014" llegó a tener la colaboración de los clubes de fútbol Caudal, Langreo, Sporting, Tuilla y Oviedo; la federación de fútbol del Principado; la Fundación Deportiva Municipal de Avilés; los grupo de montaña Torrecerredo, Fariñentu y Pataricu; el Club Natación Santa Olaya; o el Centro Asturiano de Oviedo.

El acto, al que también acudieron otros miembros de los grupos políticos del concejo, contó con la presencia de los familiares de un Indalecio Blanco que, lejos de buscar el lado negativo, apoyado por todos, agradeció el apoyo y vibró con una experiencia que le hace ser más fuerte. Y es que este langreano de La Nava no tiene límites y ya comienza a trabajar en buscar nuevos retos y alicientes, bajo la lección de que no hay obstáculo posible si uno se lo propone. Tanto en la vida como en el deporte.