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Las joyas verdes de Langreo

Los parques Dorado de Sama y Dolores F. Duro de La Felguera y el jardín del Palacio de los Dorado de Riaño, incluidos en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias

El parque Dolores Fernández Duro de La Felguera. fernando rodríguez

Dos parques públicos y un jardín privado de Langreo han sido incluidos en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias. Son los parques Dorado de Sama y Dolores Fernández Duro de La Felguera y el jardín del Palacio de los Dorado de Riaño.

El pleno del consejo de Patrimonio Cultural de Asturias ha incorporado estos tres espacios de la comarca en una selección de 50 jardines históricos de la región que acceden al segundo de los niveles de protección patrimonial existentes en Asturias. El Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias es un instrumento destinado a la salvaguarda de los bienes en él incluidos, que incluye bienes muebles e inmuebles que tienen que ser preservados y conocidos.

El parque Dorado de Sama fue construido a principios del siglo XX con "un diseño romántico afrancesado", según aseguró Carlos Fernández, jardinero mayor de Langreo. Los terrenos, que estaban originariamente a nivel del río, fueron rellenados tras la obra de canalización del Nalón y se transformaron en un parque público que lleva el nombre de Antonio María Dorado y González, que fue alcalde de Langreo. Tiene "un diseño pintoresco con un paseo central de grandes dimensiones", destacó Fernández, que señaló que en los últimos 20 años se ha ampliado con la recuperación de la zona de Los Llerones que queda integrada en lo que denomina "zona Dorado".

El parque de Sama tiene "destacados" árboles centenarios, entre ellos varios ejemplares de cedros, comentó el jardinero mayor de Langreo. Todos ellos han crecido en un terreno de relleno de escombrera. Este es un espacio "emblemático de Sama", añadió. En el parque Dorado, que recuerda a su impulsor con un monumento inaugurado en 1906, conviven instalaciones originarias con otras incorporadas recientemente. Entre ellas se encuentran el quiosco de la música, los estanques, el palomar, la cancha polideportiva, el parque infantil, las pistas de pádel y el minigolf.

El parque Dolores Fernández Duro de La Felguera, conocido como parque viejo, fue construido con "estilo afrancesado" y atesora "varios monumentos naturales", resaltó Carlos Fernández. Se trata de una decena de "platanus hispánica", plátano de sombra, que "son excepcionales y que presentan un gran estado", dijo el jardinero mayor de Langreo. Son árboles de "gran copa, lo que afecta al césped y a la iluminación" y a los que se tiene que aplicar un clareo con frecuencia.

Estatua de Pedro Duro

En 1891 ya albergaba esa zona un espacio ajardinado y en 1917, con el mecenazgo de los marqueses de La Felguera, fue ampliado. Destaca en esa zona verde felguerina el quiosco de la música, de estilo modernista inglés, que, destacó Carlos Fernández, "guardó armas en la revolución de octubre de 1934". Ocupa un lugar preferente en el parque la estatua del fundador de Duro Felguera, Pedro Duro, que fue erigida en 1895 en la fábrica y trasladada a su emplazamiento actual en 1915. También se instalaron cinco farolas de fundición que salieron de la fábrica felguerina.

El jardín del Palacio de los Dorado de Riaño, el tercer espacio verde langreano que se incluye en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias, se proyectó durante el último tercio del siglo XIX, cuando se cerró la finca con un muro de piedra, una actuación que no estaba permitida hasta entonces, cuando se produjo la abolición del Mayorazgo en España. En esos años, aseguran los propietarios de la conocida también como la Casa de los Dorado, se instalaron mesas de piedra y los tres surtidores del jardín. Son los denominados del Pato (París, 1869) y del Niño (Berlín, 1902) y otro que no funciona actualmente. El jardín fue objeto de varias modificaciones en el siglo XX.

La finca, ubicada en las proximidades de las piscinas de Riaño, ha pertenecido a la misma familia, que son descendientes de los García de Riaño, desde el siglo XI. Y su jardín conserva árboles plantados en su primera etapa como la araucaria traída de Puerto Rico en 1889, muchos frutales, avellanos y un magnolio. Anteriores a esa época son un castaño de indias y varios plátanos. A principios de los años 20 del pasado siglo se plantó el laberinto de boj y el pasillo de entrada y una década después los dos abetos de la entrada principal, que sustituyeron a otros que cayeron por el viento.

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