Todo el proceso concluye en las salas de caracterización, en las que los investigadores, con la ayuda de diferentes aparatos, describen y verifican las propiedades de los materiales obtenidos. En estas salas las máquinas utilizadas son diversas. Hay desde lupas de gran aumento que permiten observan con detalle el acabado de un implante dental hasta elipsómetros que contribuyen a medir las propiedades ópticas de las piezas.

El CINN cuenta con medio centenar de trabajadores (la mitad del CSIC y la otra mitad de la Universidad de Oviedo) y se estructura en tres grandes grupos de investigación: modelización y simulación; sistemas híbridos nanoestructurados; y materiales multifuncionales y nanocomposites. El primer grupo lo integran investigadores del departamento de Física de la Universidad, centrados en la física teórica. "En resumen, ellos plantean modelos que, en la teoría, te dicen si algo puede ser bueno o no. Después viene la parte experimental para intentar demostrarlo, pero también pasa al revés. A veces damos con un material que no esperábamos y los teóricos te explican las causas. Antes de hacer nada hay que hacer mucha modelización", afirma Torrecillas.

El grupo de sistemas híbridos también está compuesto por investigadores del departamento de Física de la Universidad de Oviedo dedicados, en este caso, a la física experimental. "Hacen materiales para aplicaciones electromagnéticas. Todo lo que tiene que ver con las ondas, apantallamiento de espacios, tejidos inteligentes que detectan cuándo sudas y dan una respuesta, tejidos que emiten luz? Se llaman materiales multifuncionales, elementos inteligentes que utilizan nano para desarrollarse", detalla el director del CINN, que añade: "Son los denominados metamateriales, que también se usan para mejorar la velocidad de los ordenadores, almacenar mucha información y todo lo que tiene que ver con la comunicación".

El último grupo investigador del centro de nanotecnología, el de materiales multifuncionales y nanocomposites, concentra el resto de frentes de investigación desarrollados en el CINN y está formado por personal tanto del CSIC como de los departamentos de Química y Física Analítica, Química Orgánica e Inorgánica, y Geología de la Universidad de Oviedo. El ámbito de actuación de este grupo abarca desde la síntesis de nanopolvos a su consolidación en materiales densos nanoestructurados, incluyendo el análisis de sus propiedades físicas (mecánicas, ópticas, eléctricas?) y los procesos de sinterización (compactación de los materiales).

El CINN combina la investigación interdisciplinar de alta calidad con actividades de demostración científico-tecnológicas. Además, tiene como objetivo la creación de nuevas empresas de base tecnológica. Una de ellas es la firma asturiana Nanoker, una sociedad que opera en el sector de la cerámica técnica y que da empleo a una docena de personas. La compañía elabora nuevos componentes basados en materiales multifuncionales con una resistencia a la tracción, dureza y tenacidad hasta dos y tres veces más alta que los materiales convencionales disponibles en el mercado.