El Museo de la Minería de El Entrego puede presumir de tener su propio "templo" gótico. No es un edificio, sino una máquina -un rompedor-graneador de Congreve, también denominado "molino"- que durante décadas sirvió para desmenuzar y granular la pólvora. La pieza se construyó en 1890 en Birmingham con cinco toneladas de bronce, latón y cobre. Tiene unas dimensiones de 8 metros de longitud, 1,5 de anchura y 5 de altura y cuenta con remates de maderas de caoba y nogal. En su estructura, las formas góticas son apreciables a simple vista, con arcos ojivales y tirantes que trazan siluetas de arbotantes. Es la única pieza de características similares existente en museos de España y Europa, "una máquina maravillosa, una obra de arte que asemeja casi una iglesia gótica", según el gerente del Mumi, Santiago González Romero.

El graneador de Congreve ha sido cedido en depósito por el Ministerio de Defensa. La instalación y recuperación, que corrió a cargo del propio personal del Mumi, fue patrocinada por la Fundación Maxam. La máquina fue fabricada en 1890 en Birmingham por la empresa Taylor, una de las compañías más pujantes de la época, y comprada ese mismo año por el Ejército español para modernizar sus instalaciones de fabricación de pólvora de Murcia y garantizar el suministro de pólvora del cuerpo de artillería y de la flota de ultramar. La pieza embarcó en Liverpool en el carguero "Colón" con destino a Cartagena, para instalarse en la fábrica de Murcia. La máquina siguió en servicio en el mismo emplazamiento hasta la década de los años 70 del siglo pasado.

"Se trata de una pieza que completa la colección y el discurso museográfico de la Casa del Explosivo centrado en las dinamitas y las pólvoras. Su diseño de grandes dimensiones es de estilo neogótico", esgrime González Romero, para añadir a continuación: "En Birmingham hubo un importante movimiento estético y de pensamiento ruskiniano que combinaba la evocación del misticismo medieval en contraste con las creaciones industriales y que se reflejó en el diseño de máquinas. La estructura de la pieza es una elegante armadura en bronce que evoca, en su alzado, las formas góticas del estilo victoriano, con sus arcos ojivales, enjutas caladas, capitelillos que atan las arcaturas entre ellas y nervios apeados, a modo de maineles, sobre las pequeñas basas de anclaje. Incluso los tirantes de arriostramiento del depósito de carga dibujan la silueta de un arbotante y la masa de un botarel".

A juicio del director del Mumi, el conjunto "combina la belleza funcional y dinámica de las formas góticas y la racionalidad del pujante diseño industrial de la época en Birmingham". González Romero también resalta los esfuerzos realizados para hacerse con la pieza. "Hemos buscado una máquina como esta durante mucho tiempo tanto por España como por Europa, hasta que finalmente dimos con ella. La cesión del Ministerio de Defensa, y la labor de la Fundación Maxam, han hecho que hoy seamos el único museo tanto de España como de Europa en contar con una pieza de tan gran valor tanto industrial como estético".

El proceso de recuperación íntegra de la maquinaria para su exposición como parte de los contenidos de la Casa del Explosivo conllevó cuatro meses de trabajo al equipo del Museo de la Minería. Para devolver a la pieza su apariencia original se aplicó sobre su superficie una proyección ligera con polvo de cristal, lavado y abrillantado posterior. De esta manera se eliminó la gruesa costra adherida al metal y formada durante largo tiempo por el contacto de los agentes atmosféricos con elementos reactivos como azufre y otros materiales empleados en las mezclas del graneador. De esta forma se pudo recuperar el aspecto dorado que la máquina tenía cuando fue construida.

Por otro lado, las maderas se han recuperado aplicando únicamente agua, detergentes y ceras, lo que ha bastado para corregir la afección de los agentes atmosféricos sobre ella. La cinta transportadora ha sido el único elemento que ha habido que reconstruir ya que sus elementos de lienzo y cuero resultaron irrecuperables. La tela se reconstruyó con lona y sobre ella se aplicó una pátina de betún para aproximarla al color original. "Dar con una máquina centenaria en tan buen estado de conservación y en su práctica integridad es casi un milagro", asegura Romero.