El mundo de la tonada asturiana llora desde ayer la pérdida del maestro Silvino Antuña, "el Sastre" de Sotrondio, que falleció a los 95 años. Nacido en La Piquera (San Martín del Rey Aurelio), Antuña llegó a atesorar la mejor discoteca conocida de tonada, además de participar como jurado en numerosos concursos y muestras de canción asturiana. Incluso, llegó a abrir una academia de cantos asturianos en su propio domicilio con el único interés de orientar y enseñar a las mejores voces de la región.

La relación entre Silvino Antuña y la canción asturiana ya comenzó desde niño, en el bar que regentaba su propia familia. Adquirió sus primeros discos a los 14 años, cuando se hizo con un fonógrafo y varios vinilos de tonada. A los veinte, ya disponía de las primeras colecciones completas de discos que derivarían en la mejor discoteca de música asturiana conocida. Pasada la treintena y con la ayuda de la Diputación Provincial de Oviedo, abrió en su casa la academia de cantos asturianos para ayudar a los futuros cantantes de tonada utilizando su propia discoteca. Después, los probaría en los chigres de las Cuencas, lugares que el propio Antuña consideraba como "la auténtica escuela de tonada". No fue su única hazaña. Años más tarde colaboraría en la fundación de la "Sociedad Amigos del Bable" y conseguiría sacar adelante una docena de grabaciones. Además, fue asesor musical de distintas discográficas, algunas muy conocidas como Odeón, Hispavox y Columbia, aupando a casi una treintena de cantantes.

Esta dilatada carrera de apoyo a la tonada fue compensada con numerosos galardones y reconocimientos, como el premio "Martínez Torner" en el año 2009. Su cuerpo será incinerado mañana, en el tanatorio de La Florida.