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La recuperación de la emblemática especie

Los ecologistas alertan de que quedan 20 ejemplares en el núcleo osero oriental

El Fapas denuncia que el furtivismo en la vertiente leonesa de la cordillera Cantábrica impide el asentamiento de plantígrados en Redes

Osos captados en Somiedo por una cámara del Fapas similar a las instaladas en Redes. FAPAS

El Fondo para la Protección de Animales Salvajes (Fapas) denuncia que el furtivismo en la vertiente leonesa de los montes en los que se asienta la población oriental de oso pardo de la cordillera Cantábrica no permite que los ejemplares lleguen hasta el parque natural de Redes. La entidad lleva tres años vigilando la zona a través de cámaras y no ha obtenido grabaciones de plantígrados. Ponen cifras sobre la mesa y aseguran que la población oriental está "a punto de extinguirse" con veinte ejemplares, frente a los más de doscientos de la población occidental. A pesar de que pase algún animal de forma esporádica, no hay pruebas de un tránsito continuado de osos por Redes.

Ni lazos que accidentalmente cazan a un oso ni tiros al aire que van a parar al lomo de un plantígrado. El presidente del Fapas, Roberto Hartasánchez, asegura que "en la vertiente leonesa salen a cazar osos, así de claro". Una práctica, afirma, que cuenta con la "complicidad" de la Junta de Castilla y León: "Tienen unas políticas que favorecen la extinción de la especie", afirma. Es el caso de los permisos de cacerías con perros y la concesión de licencias cinegéticas en zonas con osos y crías.

El historial de mortalidad de plantígrados en los montes de Palencia y León es "muy alto". "Algunos se encuentran y otros no, pero sólo hay que revisar las hemerotecas para caer en la cuenta de que hay muchos casos", explica Hartasánchez. El último es el caso de un oso que resultó gravemente herido en los montes de Palencia. Falleció durante el intento de trasladarlo al Parque de la Naturaleza de Cabárceno, donde iba a ser atendido para tratar sus heridas, que le causaron una infección. Las primeras hipótesis apuntaban a un ataque de otro animal, posiblemente de la misma especie, pero Hartasánchez no da crédito a la versión oficial.

El experto asegura que la vertiente leonesa se ha convertido en lo que los expertos en fauna salvaje denomina "un sumidero". "Los osos llegan hasta allí, están y desaparecen", afirma rotundo. Ve en esta situación un "negocio" con los plantígrados. "El hecho de que la especie esté siempre al borde de la extinción contribuye a que algunas personas sobrevivan a base de subvenciones", destaca.

Los miembros del Fapas no se dan por vencidos. La entidad seguirá con su labor de vigilancia en el parque natural de Redes para controlar la posible aparición de plantígrados por la zona: "Lo cierto es que, tal y como están las cosas, lo vemos difícil", reconoció ayer Hartasánchez. El sistema de vigilancia está instalado en los montes de Caso y Sobrescobio.

El programa arrancó en 2010 y contaba también con un plan de reforestación. Empezó con la plantación de 5.000 árboles en 2012, con vistas a aumentar el número de frutales en caso de que fuera necesario. Se plantaron cerezos, arándanos y otros ejemplares que hacen una doble función en los hábitats oseros: dar cobijo a los ejemplares para mejorar su conectividad y servir como alimento.

El Fapas también impulsó una campaña de sensibilización entre los vecinos y colectivos más involucrados en el medio ambiente: ecologistas, ganaderos y apicultores. Para garantizar las labores de estos últimos, colocaron sistemas de protección en torno a las colmenas del parque de Redes. Querían garantizar la recuperación de la especie.

Ahora ya no son optimistas. "Viendo lo que está pasando, no sirve de nada seguir haciendo estos trabajos. Es como intentar arreglar un coche que ya está para el desguace", señaló Hartasánchez. No tienen previsto seguir con las actuaciones de plantación ni con la concienciación de los vecinos, ya que "no creemos que en los próximos años los osos vayan a llegar a Redes".

Un cambio de rumbo para conseguir un final feliz es posible pero, apunta el experto del Fapas, es necesario un giro drástico en las políticas de las administraciones. Según Hartasánchez, "mientras León siga defendiendo únicamente sus propios intereses es imposible que el oso escape a la extinción". Esos "intereses" de la Junta de Castilla y León, añadió el máximo responsable de Fapas, son "las estaciones de esquí y el turismo cinegético, dos puntos completamente incompatibles con el correcto cuidado y el impulso de los osos pardos".

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