La Policía Nacional informaba a mediados de este mes de la detención de un empresario langreano en el marco de una operación de escala nacional contra la pornografía infantil, en la que se intervino material de extrema dureza, que incluía escenas sádicas y de bestialismo. En las mismas fechas, otro vecino del concejo fue arrestado en un operativo dirigido por la Guardia Civil contra el intercambio de archivos pedófilos, una actuación confirmada por fuentes de la investigación que no ha sido notificada de forma oficial por la Benemérita hasta el momento. Se trata de dos arrestos que se suman a la detención de otro langreano, en septiembre del pasado año, acusado de abusar sexualmente de trece niñas de entre 11 y 13 años de edad, de Asturias y León, con las que contactaba a través de internet haciéndose pasar por un adolescente.
Los tres casos se han producido en la misma zona y en un corto período de tiempo, apenas un año. La Policía Nacional no considera que existan factores que hagan que Langreo sea más proclive a este tipo de denuncias. Sí remarcan, por contra, que la aparición de estos casos está directamente vinculada con la proliferación de los dispositivos electrónicos y el aumento del uso de las redes sociales por parte de los menores de edad. Por esta razón, tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil han tenido que formar a especialistas en el uso de ese tipo de redes.
Los responsables policiales distinguen entre los dos tipos de casos registrados en los últimos meses en Langreo. Las detenciones más recientes -vinculadas al intercambio de archivos, a través de redes en las que en muchas ocasiones hay implicadas personas de diferentes países- y el arresto de un hombre en septiembre de 2014 que fue detenido por abusar, presuntamente, de ocho niñas de Asturias y cinco de León, de entre 11 y 13 años. Este langreano, de 46 años, llegó a crear tres perfiles de Whatsapp con identidades imaginarias para hacerse pasar por un adolescente y ganarse así la confianza de sus víctimas. En las conversaciones conseguía imágenes de contenido erótico y trataba de convencerlas de que un familiar adulto (él mismo) debía "prepararlas sexualmente" antes de encontrarse con el adolescente ficticio.
En casos de este tipo es en los que la prevención resulta más importante, según la Policía. Los agentes de la comarca animan a las familiar a dar la voz de alerta si ven algún tipo de situación que les genere dudas o inquietud. Uno de los síntomas puede ser la aparición de comportamientos anómalos en los menores.
Una de las fórmulas es controlar los contactos de las redes sociales para comprobar que los perfiles se corresponden con personas reales. Además, como los pederastas tratan de obtener imágenes de contenido sexual para las que es necesario un entorno de intimidad, generalmente por las noches, otra de las claves puede ser no usar el móvil en ese tramo del día.
