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La ocupación de los polígonos del Valle

Los empresarios piden más ayudas y menos trámites para atraer compañías

Los industriales creen que existe suficiente suelo en la comarca y que las administraciones deben centrarse en apoyar la actividad de las sociedades

Polígono industrial de Riaño II. FERNANDO RODRÍGUEZ

Impulsar ayudas para captar nuevas empresas y mantener abiertas las existentes y simplificar y abaratar los trámites para la puesta en marcha de iniciativas industriales. Estas son dos de las propuestas lanzadas por las asociaciones empresariales de la comarca del Nalón para tratar de generar actividad y empleo. Los industriales consideran que el Valle cuentan actualmente con suficiente suelo en espera de que la situación económica repunte y que los esfuerzos de las administraciones deben centrarse en respaldar a las compañías, penalizada por la restricción del crédito bancario y por la caída de las ventas y el consumo. Sólo en Langreo hay actualmente tres polígonos completamente vacíos -Modesta, El Cadavíu y La Moral II- y otros en los que hay parcelas libres, como Valnalón.

La crisis económica -unida en el Valle al ajuste del sector minero, la marcha de empresas emblemáticas como Duro Felguera y el fracaso de algunas iniciativas de reactivación como Alas Aluminium y Venturo XXI- ha provocado que apenas haya interés por parte de los empresarios por asentarse en los espacios empresariales disponibles. José Cima, presidente de la Federación de Polígonos Industriales de Asturias (Apia) y de la Asociación de los polígonos de Riaño II y III, demandó un mayor respaldo para los empresarios en el complejo contexto actual. "La industria aporta una parte importante del producto interior bruto (PIB) del país y necesita más apoyo".

Cima expuso que esas subvenciones no sólo deben centrarse en la captación de nuevas compañías sino en apoyar la actividad de las que están tratando de sortear el cierre, tratando de sobreponerse a la caída de ventas y producción. "No sólo hay que mirar las empresas que cierran sino también el volumen que han perdido muchas de las que han logrado subsistir. Hay compañías que tenían 15 o 20 empleados y que ahora pueden tener un autónomo y un trabajador; intentan mantenerse y necesitan ayuda".

El responsable de Apia esgrimió que las ayudas públicas deben ser "rigurosas, pero también flexibles". "Hay que tener mecanismos de control efectivos para que la gente no llegue, cobre la subvención, cierre y se lleve el dinero. Sin embargo, a veces también hay que ser flexible con el cumplimiento de ciertos criterios, como los condicionantes de creación de empleo, porque si la empresa va mal, aunque mantenga todo el empleo pactado, acabará cerrando y los trabajadores se quedarán e igual manera sin trabajo. Hay que valorar todos los aspectos". Cima explicó, además, que actualmente "sobra suelo" disponible, ya que sólo Modesta y El Cadavíu suman 175.000 metros cuadrados: "En Apia tenemos una plataforma que informa de las parcelas y naves disponibles".

José Luis Fernández, presidente de la Asociación de empresarios del polígono de Valnalón, aseguró que "hay parcelas vacías porque no hay dinero, el crédito de los banco no fluye y eso se nota en todo. Además, tener el país parado, con un Gobierno en funciones tampoco ayuda", indicó Fernández, para añadir: "Hacen falta ayudas. Da igual que pongan el suelo industrial, como si lo regalan. No sirve de nada si después no hay dinero para levantar la nave, pagar la maquinaria y pagar a la gente".

Fernández también remarcó que los complejos trámites administrativos también ahuyentan a los empresarios. "Hay que hacer mil trámites y sacarse un montón de licencias, que además son caras. Habría que simplificar todo eso porque es una traba más a la que los empresarios tienen que enfrentarse".

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