El monte asturiano está desaprovechado, y las administraciones lo ven más como un problema que como un potencial beneficio. Así lo considera la Asociación Profesional de Propietarios Forestales de Asturias (APFA), un colectivo que se formó en el año 2010 con la finalidad de dar respuesta a las necesidades de propietarios particulares de montes, juntas vecinales, parroquias rurales y otras agrupaciones, y sobre todo de mitigar su situación de indefensión tanto frente a las administraciones como a las empresas madereras.

Iván Castaño Fernández, presidente de la APFA, ofreció una charla en el Aula Cultural La Plaza de Sotrondio, bajo el título "El monte asturiano como motor de riqueza y desarrollo". La ponencia estuvo enmarcada en el XIV Ciclo de Conferencias organizado por la Asociación de Antiguos Alumnos de la Academia de Juan José Calvo Miguel, en colaboración con el Ayuntamiento de San Martín del Rey Aurelio y el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas. Al acto asistió el alcalde de San Martín, Enrique Fernández, que destacó la importancia de los montes y el patrimonio activo que suponen, asegurando que la actividad forestal puede y debe contemplarse como una "alternativa real" a otro tipo de actividades que tradicionalmente han sustentado nuestra economía.

Durante su intervención, Castaño hizo un repaso de la historia del sector forestal y su importancia en la vida cotidiana de los asturianos. Así, explicó que "antes, el sector forestal era el banco de las familias, el modo de conseguir un dinero extra si las cosas venían mal dadas. Los bosques de madera se cuidaban con mimo porque eran las herencias que pasaban de padres a hijos durante generaciones".

Sin embargo, actualmente, la realidad es muy distinta. Junto con el minifundismo, uno de los males endémicos del monte asturiano es el profundo abandono que padece desde hace décadas. "La mayor parte de los montes no se encuentran deslindados ni se ha podido regularizar su situación legal y nos encontramos con propietarios que no saben o no pueden gestionar con éxito sus terrenos", expuso el ponente. A pesar de todo ello, Castaño se mostró optimista acerca del gran potencial del bosque asturiano y de su capacidad para generar futuro y riqueza. El monte, dijo, "comprende más del 70 % de la superficie total de Asturias y debido a sus especiales características supone una importante fuente de recursos que deberían ser mucho más valorados y aprovechados. En la actualidad la actividad forestal solo supone un 8% del PIB de nuestra comunidad".

Así, la capacidad del monte asturiano para generar empleo y riqueza no puede obviarse y ha de ser cuestión prioritaria tanto para la administración como para los agentes del sector. Es necesario que se cuente con una inversión pública real y efectiva que posibilite el cese de la situación actual en la que el tradicional horizonte astur se ha transformado con la proliferación de matorrales y arbustos que favorecen los temibles incendios forestales.

Según los datos que maneja la asociación, en la actualidad es el eucalipto "el verdadero motor de la actividad y el desarrollo forestal en el Principado" debido a la creciente demanda de celulosa del mercado y a la caída en el consumo de otro tipo maderas. El desplome del sector minero y el cese de la actividad en el ámbito de la construcción han provocado que apenas haya demanda de maderas nobles, situación que ha provocado la pérdida de más de 400 empleos directos en el sector maderero desde el inicio de la crisis.

Según subrayó Castaño, no puede dejarse de lado la multifuncionalidad del monte, ya que, además de madera, los bosques pueden producir otras muchos productos y "mientras esperas a que el árbol crezca se pueden obtener rendimientos intermedios".

Así, además del cultivo de setas en el suelo de los pinares o la producción de frutos rojos, puso como ejemplo el creciente auge de los cultivos de castañas en nuestra región con el fin de poder alimentar a los "gochos asturceltas" cuya cría han emprendido algunas empresas de alimentación. También "con castañas se elabora harina especial para celíacos que actualmente se exporta a Italia y llegado el caso se podrían poner en marcha empresas de envasado y comercialización como hay por ejemplo en la comarca de El Bierzo".