Las comidas navideñas se caracterizan por poner una cantidad, generalmente excesiva, de alimentos encima de la mesa. Entre los aperitivos no faltan el foie o los embutidos, y como postres, son típicos los polvorones, turrones o el mazapán, de alto contenido en grasa y azúcar todos ellos. Sumado a la ingesta de alcohol que aumenta en esta época de año, nos encontramos ante un cóctel peligroso que es más que recomendable controlar.

Lo apretado del calendario de estas celebraciones no da excesivas facilidades. La cena de Nochebuena casi se enlaza con la comida de Navidad y lo mismo ocurre entre Nochevieja y el día de Año nuevo. Por este motivo, Patricia Escribano, nutricionista de Blua de Sanitas, recomienda seguir esta serie de consejos que ayudarán a evitar los excesos, así como a no caer en errores tan comunes como extendidos entre la población:

Evitar dieta previa:

Ponerse a régimen en los días antes de las fiestas tiene un efecto rebote que resultará perjudicial, ya que provocará un aumento del apetito en los días clave como Nochebuena o Nochevieja, en los que se tiene acceso a una cantidad excesiva de comida.

Los aperitivos:

Generalmente, se trata de alimentos muy grasos (quesos o embutidos) que es mejor sustituir por otros más ligeros y diuréticos como espárragos, alcachofas o cogollos de lechuga.

Alternar alcohol con agua:

Entre copas de vino o cerveza, conviene incluir un vaso de agua que, además de satisfacer la sed, ayuda a recudir la ingesta de bebidas alcohólicas o refrescos edulcorados.

Señales del cuerpo:

Lo aconsejable es llegar a los postres sin necesidad de desabrochar el botón del pantalón. Además, los alimentos deben ser bien masticados para facilitar la digestión y tener tiempo suficiente para detectar la señal de saciedad, que tarda aproximadamente 15-20 minutos en llegar al cerebro desde el primer bocado.

Fruta en el menú:

Un postre compuesto por una macedonia o brochetas de diferentes frutas es una opción rica y saludable que mejorará la digestión.

No saltarse comidas:

Al contrario de la generalizada costumbre de saltarse la comida posterior a haber realizado una comida abundante, como la de Navidad o Año Nuevo, lo recomendable es cenar algo ligero como una ensalada, un pescado o algo de fruta.

En cualquier caso, los expertos recomiendan el sentido común como la mejor manera de controlar los alimentos que ingerimos en estas fiestas. Si además realizamos algún tipo de actividad física, procesaremos mejor los alimentos y evitaremos sensaciones tan incómodas como la hinchazón de estómago.