La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El sabio de la justicia europea

La magistratura homenajea al asturiano Gil Carlos Rodríguez Iglesias, expresidente del alto tribunal de la UE bajo cuyo mandato se dictó la "sentencia Bosman"

El homenajeado, Gil Carlos Rodríguez, con el exministro asturiano Gustavo Suárez Pertierra. MODEM PRESS

"Su presidencia se caracterizó por su afán de acercar el tribunal al ciudadano". El actual Presidente del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, el belga Koen Lenaerts definía así ayer en Madrid la labor de quien ocupó ese mismo cargo entre 1994 y 2003, Gil Carlos Rodríguez Iglesias (Gijón, 1946). El jurista, que fue "Asturiano del mes" de LA NUEVA ESPAÑA, recibía ayer un homenaje organizado por AEDEUR (Asociación Española para el Estudio del Derecho Europeo) y el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales en el que se resaltaron su labor al frente del Tribunal de Justicia de la UE, en Luxemburgo, y su faceta como profesor universitario en Oviedo, Friburgo, Autónoma y Complutense de Madrid, Granada y Cádiz. "Estoy muy agradecido", dijo un emocionado Gil Carlos, "y muy contento por este homenaje, que sinceramente no merezco porque lo único que he hecho en mi vida, o he tratado de hacer, es desempeñar mi labor con la mayor dedicación posible".

El Presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, y el Presidente del Tribunal de Justicia Europeo, Koen Lenaerts, abrieron el acto y posteriormente se celebraron tres mesas redondas. "Gil Carlos Rodríguez Iglesias y el Derecho en la Unión Europea"; "retos de la integración europea: una perspectiva jurídica" y "la Unión y la mutación de los derechos y del Derecho". En ellas intervinieron, entre otros, Benigno Pendás, director del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Pedro Cruz Villalón, presidente de AEDEUR, el exministro asturiano con Felipe González, Gustavo Suárez Pertierra, quien cuando estaba al frente del Real Instituto Elcano, nombró director del "Think thank" al homenajeado y un buen número jueces y letrados de los tribunales de Justicia y de Derechos Humanos europeos, del Tribunal Supremo, catedráticos y juristas. Entre ellos, por ejemplo, quien fuera jefe del gabinete de Gil Carlos Rodríguez, Alejandro del Valle Gálvez. Éste recordaba cómo "durante sus nueve años como presidente del Tribunal de Justicia llegaba al mismo invariablemente entre las 8.35 y las 8.39 de la mañana y alargaba el horario al modo español, hasta bien entrada la noche, cuando ya casi las luces estaban apagadas y las puertas cerradas". Además, "de repente dictaba en un audífono los fundamentos jurídicos de una sentencia de carrerilla y sin un solo error. Un hombre, en fin, brillante, pero además, humilde y accesible".

Apoyo al Instituto Elcano

El actual mandatario del Tribunal de Justicia, Koen Lenaerts, adjudicó a Gil Carlos Rodríguez el mérito de "abrir" la Corte de Justicia de la Unión Europea "a los ciudadanos" porque "su máxima al frente del Tribunal fue defender a los ciudadanos de posibles abusos de las leyes de la Unión". Esa fue también "su ejecutoria cuando entre 1986 y 2003 fue el representante español en el tribunal, "donde sentó jurisprudencia en decenas de asuntos de los que fue ponente". Además, Lenaerts no dejó pasar por alto la sentencia quizás más famosa de todas las que ha dictado el alto tribunal europeo, la "sentencia Bosman" que en 1995, con Gil Carlos como presidente, cambió para siempre el fútbol europeo. Igualmente, Lenaerts reconoció la labor del asturiano a la hora de adaptar e interpretar los tratados de Maastricht, Ámsterdam y Niza y lo que éstos trajeron consigo como la libre circulación de personas y capitales o el tratado Schengen.

La letrada del Tribunal Europeo, Sara Iglesias, discípula del asturiano, glosó la trayectoria de éste como docente, mientras que Gustavo Suárez Pertierra habló de "mi amigo Gil Carlos". Con el que, dijo, "me he relacionado en tres etapas diferentes de mi vida. La primera en los sesenta en la Universidad de Oviedo; en el 78 en la Complutense de Madrid donde coincidimos como profesores y cuando regresó a España en 2003, y le llamé para que me ayudara a superar la crisis del Instituto Elcano, lo que hizo con brillantez y acierto".

Compartir el artículo

stats