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Con el pijama puesto contra el frío polar

Gonzalo Secades, frutero del mercado de Grado, recurre a esta prenda para no congelarse; el termómetro sigue bajando hoy hasta menos 6 grados

Gonzalo Secades muestra el pijama que lleva bajo la ropa.

Contra el frío, un buen pijama. Gonzalo Secades Toro, vendedor de frutas y hortalizas en el mercado de Grado, acudió ayer al trabajo con el pijama puesto. Y no porque se levantase tarde y con prisas, sino porque es uno de los métodos que utiliza para combatir las bajas temperaturas que tienen a la región congelada y que en la villa moscona se acrecientan con la sensación térmica por la cercanía de dos grandes ríos, el Nalón y el Cubia. En las zonas altas no hay nieve, pero las lagunas y pantanos se han congelado, como el de Quirós y el de Leitariegos. Y circular por las heladas carreteras del Occidente se ha convertido en una actividad de riesgo. Ayer llovió algo, dulcificando un poco la temperatura, pero hoy entra un frío polar que en las zonas altas puede llegar a seis grados bajo cero, con la nieve descendiendo a la cota de 500 metros.

Por tanto se impone el pijama. "Los de la vieja escuela lo llevamos por debajo", afirma el vendedor Gonzalo Secades, que siempre pone la nota alegre en la plaza del General Ponte con sus bromas y chascarrillos entre los moscones. Así es que ayer llevaba el pijama puesto y, encima, ropa deportiva técnica, con materiales térmicos, para mantenerse caliente.

Pero las camisetas y paravientos deportivos no son tan calientes como "los marianos", asegura. Los antiguos calzoncillos largos, "cerrados con puño", detalla, son los mejores para trabajar al relente, pero, por desgracia, ya no se venden. "Tengo todavía unos, pero ya están mal. Son lo mejor".

Otra de las tácticas de Secades es meter la camiseta y el jersey por dentro del pantalón, para que no entre ni una brisa por la barriga, que es importante mantenerla caliente. Y ponerse un gorro para no perder temperatura por la cabeza. Eso y un café o caldo a media mañana es suficiente para pasar el frío lo mejor posible. Lo peor, que hay menos ventas porque la gente sale menos de casa, y que debe levantarse media hora antes todos los días para quitar el hielo de la furgoneta y ver las predicciones meteorológicas. Hoy le toca ir al mercado de Pravia, con el pijama puesto.

Está toda Asturias así, tiritando, y más que lo hará con el frente polar, que ha puesto en alerta por bajada de temperaturas la cordillera Oriental. En el Occidente, en Grandas de Salime, conducir empieza a ser peligroso. Lo dicen algunos vecinos que se ven obligados a transitar de madrugada y por motivos de trabajo por carreteras que acumulan placas de hielo. El reparto de pan es una actividad "de riesgo". "Cae una helada tras otra", confiesa uno de los conductores, que prefiere mantener al anonimato.

La cantidad de hielo acumulado en la vía hace que no se pueda circular en algunos tramos a más de 50 por hora entre Grandas y Berducedo. El peligro aumenta si el trazado es sinuoso, en la salida al puerto del Palo y el tramo que va de Grandas a Illano. "Te despiertas preocupado, porque no sabes qué te vas a encontrar", añade uno de los panadero de la zona.

No es la primera vez que los vecinos que circulan por la vía tienen que llamar al 112 para advertir de algún riesgo o de un pequeño accidente de coche. El transporte de viajeros tampoco se salva y también empieza a ser "un servicio de riesgo" por la presencia de heladas. Los conductores piden que se eche sal justo al atardecer, y no por la mañana, para evitar que se formen placas.

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