El boceto de la predicción meteorológica para la primavera en Asturias indica que será "normal" para la época del año, aunque todavía es "incierta", aseguró ayer el delegado territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en el Principado, Ángel Gómez. La tendencia sí puede ser, teniendo en cuenta la previsión para el conjunto del país, a que el carácter general sea "cálido y con precipitaciones inferiores a lo normal". ¿Y qué tiempo hará en Semana Santa? Aún es una incógnita. "Falta todavía mucho tiempo", añadió.
De momento, la primavera -que entró a las 22.58 horas de ayer- comenzará sin lluvias, con las temperaturas máximas en aumento y las mínimas relativamente bajas. A partir del sábado por la tarde empeorará el tiempo, pero las precipitaciones serán escasas. Quizás el miércoles y el jueves de la semana que viene "pueda llover algo", pero nada más. Una situación que se mantendrá en la primera semana de abril, aseguró el delegado en Asturias de la Aemet.
Falta un mes para Semana Santa, y la gran incógnita es si para esas fechas se podrá salir en manga corta o habrá que poner abrigo. Ángel Gómez se expresó con su habitual prudencia e incidió en que "es demasiado pronto para predecirlo, nadie puede asegurar qué ocurrirá porque aún está muy lejana para realizar predicciones meteorológicas". Así que, si la previsión es que Asturias tendrá una primavera de temperaturas "normales", hará falta al menos usar chaquetina para esas fechas.
El delegado de la Aemet para Asturias sí explicó lo anómalo del tiempo que se ha vivido en Asturias en los meses de invierno. "Cuando las borrascas no se suceden, sino que se presentan de manera aislada, no es anómalo que haya intervalos de lluvias con días de sol, como ha venido ocurriendo en las últimas semanas".
Pero sí es anómalo lo que ocurrió el pasado mes de febrero, con una situación anticiclónica "muy persistente" en la que sólo se registraron lluvias a principios de mes, con la borrasca Elena, y otro día a mediados de mes. Lo mismo que ocurrió entre finales de diciembre y principios de enero. Esto fue lo que provocó que se activaran los protocolos anticontaminación, "al existir malas condiciones de ventilación", explicó.
Invierno muy cálido. Y es que el invierno sí ha sido anómalo, porque fue "muy cálido", con un índice de lluvias "normal", "muy soleado" -especialmente febrero- y con escasa actividad tormentosa. Casi toda la precipitación se concentró en la segunda quincena de enero y los dos primeros días de febrero, aunque destacaron los días 22, 23 y 24 de enero, cuando se produjeron las lluvias torrenciales que dejaron cuatro fallecidos, obligaron a desalojar el Hospital de Arriondas y provocaron y cuantiosos daños en el Principado.
Ángel Gómez destacó el contraste entre diciembre, que fue "muy cálido y muy seco", y enero, que resultó "muy frío y muy húmedo". Febrero fue casi en su totalidad un mes "apacible", provocado por un anticiclón de bloqueo que trajo altas temperaturas. En todo el invierno se registraron dos borrascas: Gabriel y Helena, que se sucedieron al entrar la primera el 29 de enero y la segunda el 1 de febrero.
El delegado territorial de Meteorología en el Principado explicó se pongan nombre a las borrascas: se debe a un acuerdo alcanzado entre España, Francia y Portugal a finales de 2017. "Se le da nombre a las borrascas profundas con vientos que dan lugar a los avisos naranja. Responde al hecho de que la población pone más atención cuando asocia esos avisos a un nombre propio, lo que hace que adopten más precauciones y sea más prudente".
Los registros. La delegación de la Aemet en Asturias seleccionó los registros de temperaturas máximas y mínimas durante el invierto en el Principado, que llegaron a superar los siete grados centígrados bajo cero
Los termómetros batieron récord a la baja en Pajares (-7,7º); Leitariegos (-7,4º); Degaña (-6º); Soutu (Tineo) y Pola de Somiedo, (-5,4º en ambas estaciones), y el campus de Gijón (-3,4º). Las temperaturas máximas se registraron en Mieres (26,3º); Amieva (25,6º); Carreña (Cabrales) (25,4º), y Bargaéu (Piloña) con 24,4º grados centígrados. Felechosa, en el concejo de Aller, registró las mayores precipitaciones, (102,4 litros por metro cuadrado). Le siguieron Camuño (95,6), Amieva (88) y Bargaéu (Piloña), con 74. Oviedo registro un récord absoluto en precipitaciones, cuando el 22 de enero tuvo las mayores lluvias registradas desde 1971.
Las mayores rachas de viento fueron en el Cabo Peñas (122 kilómetros/hora), Cabo Busto (121), Carreña (119) y Taramundi, con 114 kilómetros/hora.
Tres días de lluvia que se saldaron con cuatro fallecidos
Las fuertes lluvias y el deshielo dejaron media Asturias llena de argayos y riadas en febrero. Pero lo más grave fue la pérdida de cuatro vidas: Jesús Ménendez García, de 41 años, Francisco Díaz (42), Florentino Rodríguez (62) y Miguel González (70). En la imagen, inundaciones en Peñamellera Baja.
Playa en febrero, un año después de las nevadas de la "bestia del Este"
Un anticiclón escandinavo con forma de letra omega desvió las borrascas y los frentes dejando en Asturias temperaturas superiores a los 20 grados centígrados durante días. Fue el contrapunto a lo ocurrido un año antes, cuando la "bestia del Este" había dejado nieve.