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Estas son las razones por las que han estallado los pescadores asturianos

La importancia de pescar xarda en abundancia no radica tanto en su valor, escaso, como en que mientras dura su costera se deja descansar a otras especies

Estas son las razones por las que han estallado los pescadores asturianos

¿Cómo puede ser que un pez cuyo precio en las rulas raramente supera el euro por kilo genere una polémica tan grave que ha motivado la dimisión en bloque de todos los patrones mayores de las cofradías asturianas? Esta es la pregunta que se hacen muchas personas, desconocedoras de los entresijos de la actividad pesquera. En estas líneas se tratará de responderla.

Ciertamente, la xarda no tiene el prestigio de la merluza, ni el pedigrí del bonito, ni el valor del besugo; ni siquiera goza del aprecio gastronómico de la sardina o el bocarte, con los que comparte estacionalidad y algún que otro rasgo fisiológico. Pero la xarda reporta a los pescadores algo que ningún otro pescado puede: bajos costes de explotación, capturas abundantes con el mínimo esfuerzo y la posibilidad de dar descanso a los demás caladeros mientras dura su costera. A diferencia, por ejemplo, de una pesquería como la del rape, en la que el factor precio es determinante para asegurar al pescador su renta, la caballa genera riqueza en los puertos porque siempre acude fiel y en masa a su cita con los anzuelos, los cuales pica con ansia.

La costera de la xarda ocupaba a los pescadores del Cantábrico durante las últimas semanas del invierno y las primeras de la primavera hasta hace una década, cuando duraba dos o más meses. La ordenación "ecológicamente sostenible" del calendario de pesca tenía en la caballa un aliado fundamental para que descansaran especies como la merluza, la sardina, el bocarte, el chicharro y otras. La caballa, especie de paso, llega a la costa y se va; es una pesca de oportunidad.

(Dimas García: "Estamos hartos de promesas; queremos hechos, no buenas palabras")

El coste de ir a pescar xarda es mínimo para la flota. Se la encuentra en aguas muy cercanas a la costa y entre marzo y mayo visita todos los puertos desde el oriente al occidente asturiano; es decir, su pesquería minimiza los gastos de combustible y el tiempo de estancia en la mar. Por no gastar, para pescar xarda no hay que invertir ni en carnada pues es un pez tan voraz que pica el "hierro" del anzuelo con solo atarle un señuelo rojo en forma de hilo.

En resumen, la importancia de la xarda no radica tanto en los ingresos que genera para la flota -que también- como en los ahorros que proporciona a la misma. Y el más importante de todos es el descanso de otras especies, máxime en un momento en que Europa ha blindado las pesquerías con cupos de cuya gestión inteligente -léase razonable- depende la viabilidad del sector pesquero. Que a la flota asturiana se la condene, por razones políticas, a ser menos que su homóloga vasca parece, además de injusto, contraproducente para el futuro de los recursos.

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