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Un asturiano, en un rastreo en 41 islas del mundo clave para entender las aves

Un biólogo de la Universidad de Oviedo participa en un estudio europeo determinante para conocer la diversidad de especies en archipiélagos

El investigador de la Universidad de Oviedo Juan Carlos Illera, con un pinzón común de Canarias. LNE

Lo que viene a continuación parece muy lógico. Sin embargo, hasta ahora nunca se había demostrado empíricamente: hay mayor número de especies de aves cuanto más grande sean las islas, cuanto más cerca estén de un continente y cuanto más tiempo lleven aisladas. Once investigadores europeos, entre ellos el profesor de la Universidad de Oviedo Juan Carlos Illera, el único español, han comprobado que la teoría de la biogeografía de islas se cumple en la práctica. Su estudio, publicado ayer en la revista "Nature" y desarrollado por ornitólogos, biólogos y matemáticos, incluye la mayor base de datos filogenéticos obtenida hasta la fecha sobre colonización, diversificación y extinción de aves insulares. "Hemos muestreado 41 archipiélagos oceánicos, entre ellos el de Canarias, y más de 500 especies", destaca Illera.

El biólogo asturiano -es natural de Madrid, pero lleva diez años en la Universidad de Oviedo- explica que la teoría de la biogeografía de islas, muy utilizada en el diseño de reservas naturales, es de "mediados del siglo XX", aunque "nunca se confirmó desde el punto de vista práctico en un archipiélago". Hasta ahora. "Son cuestiones muy intuitivas, pero, teniendo en cuenta que las aves son móviles, podrían no cumplirse", apunta Juan Carlos Illera, que utiliza varios símiles para describir las tres claves que explican la diversidad de pájaros en medios insulares.

"Cuanto más grande sea el archipiélago -ejemplifica-, más gente podría vivir en él, porque más recursos habrá. Por contra, en una isla pequeña, obviamente, podría vivir menos gente. Lo mismo pasa con las aves". La distancia también limita el número de especies. "Las aves que salen de la costa africana tienen que recorrer 95 kilómetros para llegar a Canarias. Si existiera un archipiélago ficticio similar a Canarias pero dispuesto a 30 kilómetros, este albergaría más especies terrestres. Y si hubiera otro más a 10 kilómetros, este tendría todavía más especies que Canarias y más que el archipiélago que estaba a 30 kilómetros", abunda el profesor contratado doctor de la institución académica asturiana.

Otro dato relevante es que el incremento de las diferencias entre especies están estrechamente relacionadas con el tamaño y el aislamiento de las islas. Cuanto mayores sean estos dos factores, más diversidad habrá. "En la mayor parte de archipiélagos hay una generación de nuevas especies, que en realidad es una sustitución. Como llevan tantos años alejadas de sus parientes continentales, van acumulando diferencias hasta ser eventos únicos", detalla Juan Carlos Illera. En este sentido, los investigadores también comprobaron que "ante una catástrofe, como la explosión de un volcán, la llegada de un huracán o la aparición de una nueva enfermedad, las probabilidades de persistir para un grupo reducido, como es lógico, serán menores que para un grupo grande". Este efecto, y aquí radica la novedad, "es más evidente cuanto más lejos se sitúen las islas con respecto al continente".

"Las aves son un modelo icónico para los biólogos. Son fáciles de ver en el campo y la recogida de datos es relativamente fácil. Ahora queda por explorar si la teoría biogeográfica de islas se cumplen en otros organismos y si se trata de una ley universal o, por si por el contrario, es una cuestión puntual de algunas especies", concluye el científico asturiano.

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