Ya hay fecha para la vuelta a las aulas: será el jueves 4 de junio. Los alumnos y profesores de 2.º de Bachillerato, último curso de FP y 4.º de la ESO se reincorporarán a los centros diez días después del inicio de la fase 2 en Asturias y de la reanudación de la actividad lectiva presencial en otras comunidades. El regreso de los estudiantes, según recoge una resolución publicada ayer por la Consejería de Educación, será voluntaria, como ya se sabía, y deberá contar con la autorización escrita -se llama "declaración responsable"- de los padres. Las instrucciones del Principado no difieren mucho de las difundidas este fin de semana por el Ministerio: el alumnado tendrá que llevar mascarilla, las familias tomarán la temperatura a sus hijos todos los días antes de ir a clase, guardarán la distancia interpersonal de dos metros y no se podrán hacer actividades grupales o eventos dentro de los centros.
Las clases presenciales que se retomarán en junio estarán destinadas a preparar la EBAU en el caso de 2.º de Bachillerato, a realizar el proyecto y la formación en centros de trabajo (FCT) en la FP y a refuerzo educativo en 4.º de la ESO. A partir del día 4 también tendrán que volver a las aulas de la pública los profesores que den clase en estas etapas. No obstante, recoge la resolución, el equipo directivo "organizará la reincorporación del profesorado a la modalidad presencial en función del alumnado que se incorpore al centro de forma voluntaria" y la combinación de la atención presencial con la online "no podrá suponer un incremento de su horario".
Asimismo, dice Educación, tendrá que incorporarse "el personal docente que eventualmente sea convocado por las direcciones para la realización de trabajos y trámites relacionados con el final del tercer trimestre", el profesorado que forme parte de los tribunales y comisiones de las pruebas de obtención de títulos, y los especialistas en orientación educativa.
Antes de salir de casa, las familias deberán vigilar el estado de salud de sus hijos y realizar tomas de temperatura "todos los días". Si el alumno tuviera fiebre o síntomas compatibles con el covid-19 no debería asistir al centro, al igual que el profesorado. "Es voluntad de la Consejería de Educación reanudar cuanto antes la actividad docente presencial y que se haga en las mejores condiciones de igualdad y calidad. No obstante, de nada valdrían nuestros esfuerzos para intentar garantizar el derecho a la educación si para ello pusiéramos en riesgo la salud del alumnado y/o de los trabajadores", señala el departamento de Carmen Suárez.
En este sentido, los centros deberán proporcionar el material de protección "preciso y necesario", así como "la información para su uso correcto". Educación también obliga a colegios e institutos a señalizar las entradas y salidas a los edificios, fijar circuitos si fuese necesario y colocar marcas de separación interpersonal en el suelo en los espacios destinados a la recepción al público. La atención presencial a familias y alumnos "deberá realizarse, en cualquier caso, con cita previa y solo para aquellos casos en los que sea estrictamente necesario".
Según establece la resolución de la Consejería, "en cada aula que se vaya a utilizar existirá una solución de gel hidroalcohólico; se reducirán al mínimo los desplazamientos de grupos de alumnos por el centro, facilitando en lo posible que sea el profesorado quien acuda al aula; se organizarán las salidas y entradas del centro y de las aulas de forma ordenada, en filas, con distancia interpersonal de dos metros y de manera escalonada, si fuera preciso". Y "siempre que sea posible se organizarán las entradas y salidas del centro por puertas diferentes y se organizará al alumnado en bloques diferenciados para minimizar el contacto entre ellos". Las actividades grupales en el interior quedan prohibidas.
