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Al rescate de otro osezno huérfano

Asturias intentará salvar, como hizo en 2019 con "Saba", a un esbardo de Cangas del Narcea que perdió a su madre el pasado mayo

Un osezno fotografiado en 2015 en Ibias por el luarqués Alejandro Badía.

Asturias rescatará a una cría de oso huérfana, de unos 6 meses de edad, que deambula desde el pasado mes de mayo por los montes de Cangas del Narcea. Un macho mató a su madre en los alrededores de la parroquia de Monasterio de Hermo y, desde entonces, tanto técnicos de la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales como agentes del Medio Natural vigilan al esbardo. El Principado recogerá en cuanto sea posible al animal, como hizo hace un año con "Saba", ya que, según explican fuentes de la Consejería, "el índice de supervivencia en la naturaleza" de este ejemplar "es bajo, dada su corta edad y la presencia de un macho adulto". La prioridad es recuperarla, atenderla y, llegado el momento, devolverla al medio natural.

El operativo de vigilancia comenzó el pasado 31 de mayo, una vez se tuvo conocimiento del estado del osezno. "Lo que se hizo en este caso es seguir el protocolo establecido en el grupo de trabajo del oso pardo cantábrico, del que forman parte las comunidades autónomas de Galicia, Castilla y León, Cantabria y Asturias, así como el Ministerio y los expertos", explica la Consejería de Desarrollo Rural. Este grupo se reunió y tomó recientemente la decisión de recuperar a la cría, "siempre y cuando se den condiciones de seguridad para el conjunto del operativo y para el propio ejemplar". En estos momentos, el Principado "evalúa la situación para ver cuándo es mejor actuar". La intervención, adelantan, no será fácil, pues se trata de "una zona agreste y de difícil acceso". "Se debe, ante todo, garantizar la seguridad del personal del operativo y de la cría de oso", insisten.

Con respecto al cadáver de la madre del esbardo, supuestamente atacada por un macho adulto, la Consejería asegura que lo recuperarán para realizar un análisis forense "una vez se den las condiciones de seguridad para acceder a los restos".

El caso de este osezno es similar al de "Saba", que fue recogida por la Guardería del Medio Natural en junio del año pasado en Santo Adriano cuando era un esbardo de tan solo cinco meses y cinco kilos. Estaba herida y tuvo que ser trasladada al Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre, en Cantabria. De allí pasó a un centro de presuelta en León, y finalmente fue liberada el 5 de noviembre en los bosques asturianos adyacentes a los Picos de Europa. Su recuperación ha sido todo un éxito. El plantígrado, que ya es una gran hembra de 16 meses, salió de la hibernación el mes pasado y ahora explora los montes asturleoneses.

Los rescates de oseznos, como el que se prevé hacer pronto en Cangas del Narcea, son cada vez más frecuentes, según señalan los expertos, debido el aumento de población de la especie, que estuvo al borde de la extinción y ahora suma unos 300 ejemplares. El incremento de la familia cantábrica también está generando más casos de jóvenes plantígrados habituados, que se acercan a los pueblos en busca de comida fácil. La Consejería de Desarrollo Rural y los integrantes de la Patrulla Oso siguen muy de cerca a "Serafín", el ejemplar que baja con frecuencia al pueblo de El Bao, en Ibias, a comer cerezas. Los técnicos están intentando ahuyentarlo con medidas disuasorias, como petardos. El protocolo que se está aplicando contempla disparos de balas de goma y de munición real, e incluso su captura.

Anterior al de "Saba" fue el rescate de "Molinera", en septiembre de 2013, que vive en cautividad con "Paca" en el cercado de los valles del Trubia. Más suerte tuvieron "Villarina" y "Lara", que, una vez curadas, regresaron al monte.

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