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El Principado ve con buenos ojos el toque de queda planteado por Madrid

El Gobierno de Barbón "podría estar de acuerdo" con la medida que se estudia para todo el país "si es útil para contener la expansión del virus"

El Principado ve con buenos ojos el toque de queda planteado por Madrid

A falta de analizar "en profundidad" la propuesta de toque de queda realizada por la Comunidad de Madrid, el gobierno asturiano de Adrián Barbón "podría estar de acuerdo" con la medida, cuya aplicación estudia ya el gobierno central de Pedro Sánchez. Así lo expresaron fuentes del Principado, que aclararon que no dudarán en respaldar la drástica medida "si es útil para contener la expansión de la pandemia".

En cualquier caso, por ahora el Gobierno regional mantiene su hoja de ruta. Sin embargo, los nuevos ajustes a la actividad en Asturias, el retorno a la fase 2 "adaptada", se evaluarán antes de que acabe la semana y podrían acabar aparcados si el Ministerio de Sanidad opta por imponer restricciones en el conjunto del país, como sería el toque de queda. Así, está todo supeditado a lo que se decida mañana en el Consejo Interterritorial de Salud.

El Gobierno de Adrián Barbón ha visto cómo los casos en Asturias se han mantenido estos días por encima de los 200 contagios diarios y con tasas de positividad en las pruebas PCR diarias por encima del 5 por ciento que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por eso, aunque los responsables sanitarios piden prudencia hasta evaluar a final de semana si las medidas adoptadas el pasado viernes -un retorno "light" a la "fase 2"- han conseguido contener las nuevas infecciones, el Ejecutivo ya está inmerso en un debate para establecer nuevas restricciones.

Además de asumir un hipotético toque de queda, están sobre la mesa algunas medidas que quedaron descartadas la pasada semana, como establecer la recomendación de que haya franjas horarias destinadas a las actividades específicas de los mayores en la hostelería y el comercio, o la reducción de los horarios de apertura de las cafeterías y restaurantes. El Presidente del Principado, Adrián Barbón, reconoció ayer que será el jueves, durante la reunión del comité de coordinación regional (que incluye al Principado, Delegación del Gobierno y la Federación de Concejos), cuando se analice la situación y se decida "la aplicación de nuevas medidas". "La segunda ola está resultando absolutamente dramática", destacó Barbón, quien se ha fijado como objetivo bajar a 100 casos por 100.000 habitantes la incidencia en 14 días y conseguir una tasa de positividad por debajo del 5 por ciento. Barbón recordó su defensa de la prolongación del estado de alarma "para mantener la tensión social".

Todo parece indicar que los mensajes, tanto del Principado como del ministro de Sanidad, Salvador Illa, tienen como objetivo preparar el terreno para decisiones drásticas. La imposición de un toque de queda, una de las opciones que ha evaluado el Gobierno regional y que ve con buenos ojos, necesitaría de la declaración de un estado de alarma para su aplicación específica en Asturias. De ahí que si el Gobierno central opta por establecerlo en el conjunto del país o fija otras limitaciones a la movilidad y la actividad social, el Principado se evitaría tener que tomarlas solo para la comunidad autónoma.

Aunque los datos de incidencia en Asturias son mejores que los de nueve de las diecisiete comunidades autónomas, la intervención del Gobierno central tomando de nuevo las riendas de la batalla contra la pandemia se vería con alivio por las regiones con peores cifras.

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