A sus 79 años, Manuel Galé espolvorea sus recuerdos sobre su mesa como tierra batida. Coloca decenas de fotografías, de sus viajes por todos los continentes, enarbolando la bandera del Real Club de Tenis de Avilés, que este sábado, a las 19.45 horas, le rendirá un sentido homenaje por el quincuagésimo aniversario de las instalaciones de San Cristóbal.
En las fotos, aparece Galé en el Stade de Roland Garros, en All England Lawn Tennis o en Flushing Meadows. Sale Galé con Nadal, con Emerson o con Ken Rosewall. En definitiva, Galé, el embajador del tenis avilesino, aunque a él no le guste el término. "Nunca fui un embajador, solo un loco de este deporte", afirma, rotundo.
Galé conoció a Manolo Santana cuando nadie en España jugaba al tenis e incluso atesora fotos en su casa con el premio Nobel asturiano, Severo Ochoa. Ahora, casi convertido en un octogenario, echa la vista atrás en su piso de Salinas. "No es normal que alguien de un sitio pequeño como es Avilés, de un sitio pequeño como es Asturias, llegara a estar tan dentro del centro de influencia del tenis mundial", valora, sin un ápice de vanagloria por sus logros. "Con la locura naces, pero el secreto fue tomarme esto como una profesión cuando en realidad solo era un amateur. A mí me costó tiempo y dinero", prosigue, sonriente.
Manolo Galé será el absoluto protagonista del 50.º aniversario del Real Club de Tenis de Avilés, que presidió durante 20 años. La actual directiva descubrirá una escultura en su honor, en una serie de actos a los que está invitado el tenista gijonés Pablo Carreño, el presidente de la Real Federación de Tenis, Miguel Díaz Román, y que contarán, aunque por vídeo, con una dedicatoria de Rafael Nadal.
"Desde luego, me hace ilusión. Para mí significa mucho y estoy absolutamente agradecido, pero quiero dejar clara una cosa. Lo que logramos (por ejemplo, traer cinco veces la Copa Davis, tres de ellas en Avilés) no lo consigue una persona sola. A mi lado hubo gente, en mi directiva y fuera de ella, que fue fundamental. Solo puse un granito de arena", reconoce, con humildad.
Cuando Galé dejó la presidencia del Real Club de Tenis no abandonó su labor de representación de valores los deportivos. "No, siempre acudí a todas las entregas de premios, pero ahora ya no puedo. Siempre dije que de esto me retiraría la vejez o la enfermedad. Y mira por donde, tuve razón", reflexiona.
Aún así, Gale, que ha perdido unos cuantos kilos, no deja de ver tenis siempre que puede y permanece atento a la actualidad, como por ejemplo, el nuevo formato de la Copa Davis, una idea del futbolista del Barcelona Gerard Piqué y que asemejará el torneo a un Mundial o a una Eurocopa. "Con este formato, creo que son las grandes capitales las que van a ganar el partido. Será complicado ver partidos de la Davis de nuevo en Avilés", lamenta.
Manolo Galé, que no olvida el pasado esplendoroso que entregó a Avilés y a Asturias estará el sábado, a sus 79 años, en la instalaciones de San Cristóbal, en el quincuagésimo aniversario del Real Club de Tenis de Avilés. Será una noche de juego, set y partido para el hombre que lo ha sido todo en el mundo del tenis.
