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El debate sobre la conservación del patrimonio industrial

La Universidad e Incuna hacen frente común contra el derribo de la coquería

Investigadores y docentes piden conservar el taller mecánico, el almacén industrial, las chimeneas, un gasómetro y una batería de hornos

Instalaciones de Arcelor en Avilés, con un gasómetro en primer término. RICARDO SOLÍS

Cada vez son más las voces que reclaman mantener en pie los elementos singulares de las Baterías de Avilés. Docentes e investigadores de la Universidad de Oviedo (cerca de medio centenar) hicieron público ayer un documento en el que manifiestan su "rechazo al derribo total" de las instalaciones de baterías de coque y subproductos de Ensidesa y solicitan la conservación y catalogación de los elementos que se recogen en la Ley de Patrimonio Cultural asturiana. Se refieren, en concreto, al taller mecánico, el almacén industrial, las chimeneas y el gasómetro número dos, el más visible desde la calle central del poblado de Ensidesa y "el más significativo históricamente por haber sido objeto de destacables luchas asociadas al movimiento obrero de los años noventa".

Los expertos de la Universidad van aún más allá y recomiendan también, "siempre que sea posible", mantener al menos una batería de hornos de coque compuesta por treinta hornos, una torre de carbón y otra de apagado. Firman el documento catedráticos, docentes e investigadores de los departamentos de Historia del Arte y Musicología (con el decano de la Facultad de Filosofía y Letras al frente, José Antonio García Rodríguez), de Historia y de Geografía.

"Sería una pérdida irreparable la destrucción total de este patrimonio de la industrialización avilesina y española. Su catalogación debe inscribirse en un proyecto urbano de nuevos usos, con ambición de ser verde y sostenible", planteó ayer la Asociación de Arqueología Industrial Incuna, desde la que se reclama "un debate profesional y reposado a partir de argumentos, que tiene que contar con la participación de profesionales y ciudadanos".

Que la coquería tenía fecha de caducidad se conocía desde hace ya más de una década. El plan de competitividad de la siderurgia, suscrito allá por 1992, marcaba el cierre de las baterías de coque para el año 2007. Tras sucesivas prórrogas, doce años después, la coquería dejó de producir en octubre. Mucho se lleva hablado ya en estos últimos años del futuro de esos 400.000 metros cuadrados de terreno que se podrán liberar con la coquería ya inerte y a los que Avilés fía buena parte de su futuro. Las conversaciones y negociaciones entre las administraciones implicadas para habilitar un gran parque empresarial en esos suelos (el ahora conocido como PEPA 2) se iniciaron hace más de un año. Hubo voces que plantearon en este tiempo la relevancia de aprovechar los elementos singulares y darles nuevos usos. Pero el mensaje que lanzó el presidente de Sepides el pasado enero fue claro: los gasómetros desaparecerán y la demolición se prevé "total". Fue el estallido de la tormenta.

Los primeros en alzar la voz tras la advertencia del Estado fueron el Centro de Estudios del Alfoz de Gauzón, el Colegio Oficial de Arquitectos de Asturias y el grupo municipal Cambia Avilés (CA) desde el ámbito político. Ahora se suman Incuna y la propia Universidad de Oviedo.

Docentes e investigadores ensalzan los valores históricos y arquitectónicos del conjunto industrial de Ensidesa, en cuya construcción participaron ingenieros y arquitectos como Francisco Goicoechea, Juan Manuel Cárdenas, Carlos Fernández Casado y, en el caso de la coquería, Amalio Hidalgo. "Por todos estos valores se incluyó el conjunto industrial de Ensidesa en Avilés en el Plan Nacional de Patrimonio Industrial elaborado por el Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE)", inciden desde el ámbito universitario.

No hace tanto que el derribo de la térmica de Ensidesa generó un debate social paralelo al que ha desencadenado el anuncio del desmantelamiento inminente de la coquería (el objetivo es que pueda haber ya parcelas disponibles para inversiones en 2022). "En el pasado se demolieron elementos como la Térmica, con criterios de urgencia e inmediatez que luego se vieron no estaban soportados por una actuación tan drástica y urgente, sin una reflexión amplia que atienda todas las variables y escuche a todos los interlocutores institucionales, sociales y ciudadanos como la que creemos que se debe promover ahora", apuntan desde Incuna. En los terrenos que se liberaron con el desmantelamiento de la térmica están asentadas ahora las compañías DXC y Asturfeito, que suman más de 1.300 empleos.

Los expertos universitarios plantean ejemplos europeos de éxito en la reutilización de espacios similares para usos industriales, tecnológicos y de ocio: el gasómetro de Oberhausen, las factorías de Zollverein y Völklingen, la isla de Nantes francesa. En Incuna se refieren a los parques y espacios empresariales de Glasgow, Hamburgo, Duisburg, Essen, Riga, Monterrey, Barcelona, Frankfurt, Lowell, Turín...

El debate también estuvo presente en el Pleno del Ayuntamiento de Avilés celebrado el pasado viernes. Cambia Avilés insiste en detener los derribos y salvar parte de la coquería. Los socialistas acusaron a la confluencia de "oportunismo" por apelar ahora al conservacionismo cuando se sabe "desde hace muchos años que las Baterías tenían fecha de caducidad" y recordaron que "hace menos de un año se aprobó en el Pleno la modificación del Plan Especial y el Catálogo Urbanístico" sin que hubiese referencia alguna en las alegaciones a la parcela de baterías, ni en las del Colegio de Arquitectos.

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