La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los usuarios temen que el deterioro lleve a la supresión de las líneas de Feve

Las averías y las cancelaciones de servicios son constantes, pero para muchos vecinos de la comarca el tren es el único transporte público existente

Los usuarios temen que el deterioro lleve a la supresión de las líneas de Feve

La normalidad ha vuelto a la línea de la antigua Feve en el Caudal, después de nueve días con una máquina averiada que trajo consigo retrasos, supresiones y numerosas quejas entre los vecinos. Pero, ¿hasta cuándo durara esta tranquilidad? Los usuarios aseguran que lo ocurrido estos últimos días no es nada circunstancial. "Las averías son continuas, sobre todo en verano", señalaba ayer Maribel González, que reside en Cabañaquinta y es una usuaria frecuente del servicio. Su queja no es única, sino que representa un sentir generalizado, y no sólo en esta comarca, también en el valle del Nalón, que sufrió hace unos días la interrupción de la línea entre Gijón y Laviana por un derrumbamiento en el túnel de Carbayín. Junto a los usuarios y vecinos, también los responsables municipales de los valles mineros han manifestado su queja ante el temor de que acaben desmantelando la línea.

El problema, como señaló Dora Villoria, que suele hacer casi todos los días el recorrido entre Oyanco y Moreda, "es que si nos quitan el tren, no tenemos nada, vale más que pongan un muro y no dejen pasar a nadie". A su lado está sentado Raúl Martín, de Corigos, quien guarda la misma opinión. "Necesitamos la línea de tren, porque si no estamos incomunicados".

Asimismo, la habilitación de un servicio de transporte alternativo por carretera para garantizar que los usuarios lleguen a su destino tampoco es una solución, sobre todo porque implica un importante retraso. Maribel González explica que "puedes tardar entre treinta y cuarenta y cinco minutos más, sobre todo porque los usuarios que esperan en los apeaderos no saben que han puesto autobuses y el conductor tiene que utilizar el claxon para que vayan a la parada, con lo que el retraso se incrementa". Esto supone un problema, como apuntó esta vecina, "cuando tienes, por ejemplo, una cita en el hospital, aunque cuando me pasa esto y digo que vengo de Cabañaquinta, son muy comprensivos, porque saben lo que está pasando".

Los Ayuntamientos no son ajenos a esta situación. El de Aller , como explicó su alcalde, David Moreno, "lleva años reclamando que se mejore el servicio, al menos desde que yo soy regidor". Es más, se aprobaron mociones en el Pleno que contaron con el respaldo del resto de grupos políticos, pero no tuvieron el efecto deseado. Para Moreno, "hay un abandono total de la línea estrecha, parece que están buscando sus desmantelamiento". Eso sí, el regidor considera que el problema se agravó "cuando el órgano de gestión de operaciones de Asturias desapareció, dirigiéndose todo desde Madrid". Antaño, "se programó un plan de inversiones con la ampliación del taller de Figaredo e incluso se compraron unas unidades para la línea de Aller bajo el argumento de que era la única sin electrificar, pero estos trenes acabaron en León".

Y cuando trata de pedir explicaciones, el Alcalde se encuentra con "resignación, me piden disculpas y me explican que lo que ocurre es que tienen falta de recambios, de personal, en definitiva, de recursos, con lo que también entiendo su impotencia". Sin embargo, la postura de Renfe parece incongruente con los principios medioambientales y de sostenibilidad que se mantienen desde el Gobierno central.

Compartir el artículo

stats