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Las comarcas mineras, en cabeza de la estadística en Asturias

Aumentan los embarazos en adolescentes, con Mieres al frente de los grandes concejos

La lenense Lita Delgado fue madre a los 17 años y abuela a los 36: "A mi hija le dije que siguiera estudiando, que no se le cortara la vida"

Lita, con su hija Clara y, en sus brazos, Ramiro. REPRODUCCIÓN GEIJO

En el salón de Lita Delgado hay una foto del día de su boda. Están ella y su marido, Jeremías "Mías" González, rodeados por los niños del pueblo de Tiós (Lena). La novia, vestida de blanco y con un velo corto parece una niña más: tenía 16 años cuando dio el "sí, quiero". Un año después dio a luz a Clara, la primera de sus tres hijos. Fue mamá a los 17 años, abuela a los 36 y bisabuela a los 58 años. "Mi embarazo fue una alegría, con el de mi hija me disgusté un poco. Le dije 'estudia, sé una mujer independiente, que tener un hijo no te corte la vida'", explica.

Un relato que resume cómo los tiempos han cambiado. Ser mamá joven era antes común y, ahora, una alta tasa de madres antes de los veinte años se considera un indicador negativo en el desarrollo social de los municipios. Las Cuencas están a la cabeza en "embarazos adolescentes" (catalogados los embarazos de menores de veinte años): Riosa es el segundo concejo en el ranking de Asturias (con una tasa de 12,02 por mil) y Mieres encabeza a los grandes concejos (con una tasa de 7,60 por mil).

"Eran otros tiempos, entonces se veía normal ser una mamá muy joven", explica Lita Delgado, mientras busca en su álbum una foto de ella con sus tres hijos. Y aparece. Es una imagen de un verano de calor. Ella, que parece una chica de instituto, tenía 23 años y ya estaba criando a los tres pequeños: Clara, Ramiro y José Ángel. "La primera y el segundo se llevan tres años, el segundo y el tercero otros dos años. En cinco años, ya era madre de tres", afirma Lita.

Y, en este punto de la historia, sonríe pícara recordando una anécdota de aquellos años. "No era fácil encontrar preservativos entonces, pero una vecina me dijo que los vendían en la plaza del mercado de La Pola". "Le dije a Mías que o iba a comprarlos, o que tendríamos que dormir separados porque tres ya eran bastantes guajes", añade, sonriendo. Parece que Mías siguió al pie de la letra lo que le dijo su mujer, porque ya no tuvieron más hijos.

El uso incorrecto de anticonceptivos es una de las preocupaciones actuales de los expertos. Hace unos meses, el jefe de Ginecología del hospital Álvarez Buylla, el doctor Ángel Sánchez del Río, alertó del "preocupante" incremento de embarazos no deseados entre los jóvenes asturianos. Las tasas que se reflejan en este reportaje, del Sadei (Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales), recogen tanto los embarazos que llegan a término como los que se interrumpen de forma voluntaria e involuntaria.

Riosa, Morcín (11,58 por cada mil) y Mieres están a la cabeza en la tasa de mujeres menores de veinte años que se quedan embarazadas. Siguen Langreo (7,12 por mil), San Martín del Rey Aurelio, Lena y Laviana (que rondan el 4 por mil). Sólo Caso y Sobrescobio están entre los 26 municipios asturianos sin embarazos adolescentes. "Para nosotros estas cifras son un fracaso de la anticoncepción, y no debería existir, teniendo un centro de planificación en cada área sanitaria", había asegurado Sánchez del Río.

Los números dicen poco, porque detrás siempre hay personas. Lita Delgado reconoce que, cuando su hija le dijo que iba a ser mamá a los 18 años, se disgustó un poco: "Ahora no me gusta decirlo, porque el chaval está muy bien, es un chico de lo mejor y tiene salud. Eso es lo importante". Le dio un único consejo a su hija: "Fórmate, sé independiente, no dependas de nadie porque no sabes lo que te deparará la vida". Y ella lo hizo. Ahora es maestra en el concejo de Lena y la orgullosa abuela de un niño de siete años.

- Si pudiera dar marcha atrás, ¿Esperaría un poco más para formar una familia?

-La verdad es que no. Mis hijos, me atrevo a decir, son casi lo único bueno que me pasó en la vida.

Una vida complicada la de Lita Delgado. Luchadora, trabajadora incansable, reconoce que no sabe lo que son unas vacaciones o una noche de fiesta hasta la madrugada. Su marido padece demencia senil y pasa el día en un mundo de sueños. Echa de menos al Mías de antes, pero ella aún tiene una gran familia en la que apoyarse. Y un consejo para las mujeres: "No hace falta correr mucho, como corríamos antes, hay que disfrutar más de la vida. Pero yo creo que tampoco es bueno esperar tanto como esperan la mayoría ahora". Palabra de una mamá, abuela y bisabuela muy joven.

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