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"Esta profanación ha alarmado a los fieles; no se lo explican", dice el párroco de La Felguera

José Antonio Couso detalló a los feligreses en la misa de ayer los daños del templo l Cuatro chicas fueron captadas por las cámaras de seguridad

Así actuaron las jóvenes que profanaron una iglesia en La Felguera

Así actuaron las jóvenes que profanaron una iglesia en La Felguera

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Así actuaron las jóvenes que profanaron una iglesia en La Felguera Miguel Ángel Gutiérrez

La de ayer no fue una misa más en la iglesia de San Pedro en La Felguera. El párroco, José Antonio Couso, hizo un paréntesis en la celebración litúrgica para hablar a los feligreses de la profanación sufrida por el templo el pasado jueves, cuando cuatro chicas -según quedó registrado en las grabaciones de las cámara de seguridad- protagonizaron varios destrozos en la iglesia y prendieron fuego al altar. Entre los daños, que ascienden a más de 600 euros, hubo dos micrófonos robados y otro arrancado, velas encendidas esparcidas por el suelo, desperfectos en la pared y la quema del mantel del altar, plantas y libros litúrgicos.

El párroco resumía ayer el sentir de los feligreses. "Están alarmados y dolidos por los sucedido. Nadie se explica que haya pasado algo así", indicó Couso, que añadió: "Nos han llamado de parroquias de todas partes de Asturias y también están alarmados porque no es habitual que haya una profanación de este tipo. Pueden entrar a robar y es algo que pasa en algunas iglesias, pero no suele ocurrir lo que ha pasado aquí".

Ofensa

José Antonio Couso señaló en el día de ayer que "hay personas que ven esto como una ofensa a la religión, pero yo no sé como interpretarlo porque desconozco qué ha podido motivarlo. No juzgo a nadie porque son los jueces en su caso, los encargados de juzgarlo. Esperamos que sirva para que estas chicas reflexionen sobre lo que han hecho y se den cuenta de ello", aseguró Couso.

Uno de los mayores pesares del párroco de San Pedro de La Felguera es la pérdida del mantel que cubría el mantel del altar, una "verdadera joya que ha quedado destrozada". El mantel fue hecho por una feligresa octogenaria y el trabajo duró seis meses.

La profanación tuvo lugar a mediodía y duró unos veinte minutos. Todo quedó grabado por las cámaras de seguridad del templo. No se forzó ninguna puerta porque a esas horas el templo está abierto, una práctica que se mantendrá pese a lo sucedido, según argumentó el párroco. "La iglesia va a seguir abierta, faltaría más. Mucha gente viene a rezar o a visitar al Santísimo durante el día y no vamos a privarles de ello. En el tema de la seguridad poco más se puede hacer ya porque todo está controlado por cámara", añadió.

Solo los micrófonos robados y arrancados y los libros litúrgicos que fueron quemados tienen un valor de unos 600 euros. Por su parte, los desperfectos del altar, de piedra, se han limpiado con espátulas. A eso hay que añadir el pequeño desconchón de la pared. Esa parte del templo había sido restaurada poco tiempo atrás y será necesario volver a llamar al profesional encargado del trabajo para reparar de nuevo la parte afectada.

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