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El sevillismo, de luto

Fallece Marcelo Campanal, leyenda del Sevilla y deportista total

El exfutbolista muere a los 88 años y deja un brillante legado en el club hispalense y en el deporte asturiano

Campanal, en su retiro durante el confinamiento. LNE

Campanal solía presumir de haber completado una longeva carrera futbolística sin haber sufrido ni una sola lesión muscular. Todos le definían como un portento. Y eso que, en ese otro fútbol de los años 50 y 60, más aguerrido y agresivo, tuvo que superar episodios complicados. Como perder un riñón en un choque con Paco Gento. O jugar más de medio partido en El Molinón con el peroné roto. Ese carácter especial fue el que le hizo ganarse a la exigente afición del Sevilla, donde se convirtió en leyenda después de 16 temporadas en el club hispalense. O el que le convirtió tras su retirada en un fenomenal atleta capaz de ganar varios campeonatos de España sin importar la edad. Ayer, a los 88 años, Marcelino Vaquero González del Río, "Campanal II" (Gijón, 1932- Avilés, 2020), falleció en el Hospital de Avilés, donde había sido ingresado hace algunos días por un empeoramiento de su cuadro oncológico.

La carrera futbolística de Campanal queda grabada con letras de oro en la historia del Sevilla, donde alcanzó el primer equipo con 19 años y se fue como mito. En Nervión fue bautizado como el "Huracán de Avilés". Fue capitán del conjunto hispalense e internacional con España. El secreto de su juego residía en un físico que impresionaba, algo no tan habitual en el fútbol de entonces.

"Más que un defensa era un atleta. Un portento, con una fuerza tremenda. Recuerdo que se levantaba por encima de los delanteros para despejar de cabeza gracias a su gran capacidad para saltar", subraya José María García Lavilla, exjugador del Oviedo y del Espanyol, al que se enfrentó en un par de ocasiones. Cualquier opinión que se pida sobre Campanal II lleva irremediablemente al componente físico. "Era todo poderío", analiza el exsportinguista Juan Eraña: "Estando yo en el Athletic le comparaban con Garay, central que jugaba con nosotros. Eran de un parecido estilo. Gente de uno noventa y pico, fuertes. Se hablaba mucho de quién era mejor y quién debía ir a la selección. Al final, cuando el seleccionador citaba a uno, el otro se quedaba en casa, y viceversa".

José Luis Quirós se cruzó en un puñado de ocasiones con Campanal, entre el trofeo "Emma Cuervo" de Ribadeo y la Liga. Quirós tenía 20 años y el central apuraba sus últimos coletazos en la élite en el Deportivo. "Tenía técnica y experiencia, pero predominaba el físico. Tenía mucha fama de aquella, había sido internacional. Era muy difícil de desbordar", recuerda.

Carlos García Cuervo mantuvo una relación estrecha con Campanal en su etapa como entrenador del Avilés. "Ya era una figura cuando yo era un crío. Recuerdo una imagen saltando de cabeza con Kubala en la que casi le saca todo el cuerpo. Y si en vez de futbolista se hubiera dedicado al atletismo, hubiera sacado una medalla olímpica", subraya. Y completa con el perfil más íntimo: "Una persona sencilla, cercana, que nunca se dio ninguna importancia. Dejó el sello para varias generaciones de lo que tiene que ser un deportista".

Con las condiciones físicas descritas y un dominio de la situación como zaguero, Marcelino Vaquero se hizo un hueco en la élite del fútbol nacional desde la defensa del Sevilla. A la ciudad andaluza llegó con 16 años, motivado por su tío Guillermo, que se había hecho un hueco en el club hispalense. Tras un par de cesiones, alcanzó el primer equipo con 19 años. Tras debutar en la temporada 1950-51, en la siguiente ya se hizo indiscutible en el eje de la zaga: jugó todos los minutos de la competición.

Sus marcajes a estrellas del nivel de Di Stéfano y Kubala le concedieron fama y la internacionalidad. Madrid, Barça e Inter, entrenado por Helenio Herrera, que le había tenido en el Sevilla, trataron su fichaje, pero se encontraron con la negativa de Ramón Sánchez Pizjuán, presidente hispalense. "Campanal es patrimonio del club", cuentan que dijo el dirigente en su día. Cumplió 16 campañas como jugador del Sevilla. El club andaluz reconoció su legado al otorgarle el III Dorsal de Leyenda en 2011, la máxima distinción que se entrega a los veteranos.

Retirado del fútbol a los 37 años, el Avilés fue su última estación. Campanal siguió ligado al deporte a través del atletismo. Sus frecuentes triunfos en campeonatos de España le convirtieron en el deportista con más medallas del país, tras lograr diversos récords en categorías de veteranos de salto de altura, salto de longitud, triple salto, lanzamiento de peso, lanzamiento de disco y vallas (en 110 y 200 metros).

Sevilla, donde edificó su carrera deportiva, se vistió ayer de luto. "Para ser un mito en el Sevilla no hace falta ganar títulos. Solo defenderlo con casta y coraje", escribió Monchi en las redes sociales. "Era una bellísima persona", le secundó Jesús Navas. Los ecos del duelo también se escucharon desde la Federación Española de Fútbol. "La RFEF lamenta profundamente el fallecimiento de Marcelo Campanal, leyenda del Sevilla y quiere mostrar su más sincero apoyo a sus familiares y amigos", publicó en su cuenta de Twitter.

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