Las autoridades europeas están revisando las importaciones que el sistema eléctrico español hace de energía producida en Marruecos por si pudieran vulnerar las reglas de competencia de la UE. Ocurre que al menos parte de esa electricidad procede de centrales térmicas de carbón que en territorio magrebí, al contrario que en Europa, no están sujetas a la disciplina del comercio de emisiones de CO2 y tienen por ello una posición de ventaja en costes frente a las españolas.
Directivos de Red Eléctrica de España (REE) han comentado que el asunto está en manos de la Comisión Europea, según informó elperiodicodelaenergia.com, y sus trabajos podrían conducir a la imposición de alguna medida antidumping (tasa o arancel ambiental) sobre las importaciones de electricidad de origen fósil que proceden de Marruecos. Dentro de España, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) también se ha interesado por una transferencia de energía que provoca la siguienye paradoja: España está cerrando sus centrales de carbón para reducir el CO2 a la vez que importa electricidad producida en térmicas de la misma tecnología que Marruecos está abriendo al otro lado del Estrecho de Gibraltar.
El sistema eléctrico nacional ha aumentado significativamente las compras de luz a Marruecos, justo después de que el país magrebí haya puesto en servicio una gran térmica de carbón, la de Safi, con 1.400 megavatios de potencia. La actividad de esta central hace posible que Marruecos disponga de producción eléctrica excedentaria que colocar en España, incluida la procedente de térmicas carboneras cuyos costes no están penalizados como en Europa por los derechos para emitir CO2 (unos 20 euros por megavatio de sobrecoste).
Marruecos prevé además que en 2023 funcione otra instalación de 1.320 megavatios que le permitiría colocar más producción en el mercado ibérico. Según datos de REE, entre enero y febrero Marruecos exportó a la península una media mensual de 167,5 gigavatios/hora, cifra que supera en el 30% el promedio de producción de la térmica de Lada (128 gigavatios/ hora al mes en 2017, último año con cifras que son públicas) y en el 76% la media de la central de Soto de la Barca (95), las dos instalaciones asturianas cuyas empresas propietarias (Iberdrola en Langreo y Naturgy en Tineo) han anunciado cierres para 2020.
Históricamente, Marruecos ha tenido un saldo negativo (importador) en sus intercambios de electricidad con España. Ese signo cambio desde finales de 2018 con la actividad de la térmica de Safi. Además, los gobiernos de ambos países han firmado últimamente un acuerdo para ampliar con un tercer cable la capacidad de intercambio, ahora mucho más limitada que la que existe con Francia y Portugal.
