La familia alemana Otto que se hará con la propiedad del complejo comercial Intu Asturias, de Siero (antes, Parque Principado), es una de las dinastías germanas de los negocios más acaudaladas, cuya fortuna se gestó con la venta por correspondencia desde 1949 a partir de una pequeña zapatería que el creador del grupo, Werner Otto (1923-1992), poseía en Hamburgo. El primer catálogo de comercio postal que puso en circulación constaba de apenas 28 pares de zapatos, según la versión familiar.
Hoy, los Otto dirigen un imperio internacional vinculado al comercial detallista: están considerados como los segundos operadores en Europa de comercio electrónico (ámbito en el que compiten con Amazon y otros gigantes globales), son grandes inversores inmobiliario y dueños de edificios de oficinas e industriales, centros logísticos, hoteles y otros complejos, y se han convertido además en un actor muy relevante en la propiedad multinacional de centros comerciales.
El grupo ECE, a través del cual los Otto operan en la gestión de complejos de ocio y comercio, opera en Alemania, Dinamarca, Italia, Austria, Polonia, Katar, Eslovaquia, Chequia, Turquía y Hungría, con 3.400 empleados propios y activos valorados en 34.000 millones. Intu Asturias será su primera inversión en España.
Con las otras dos organizaciones societarias dominadas por los sucesores de Werner (Grupo Otto y Canadian Park Propeerty) y la copropiedad del estadounidense Paramount Group Inc, los Otto totalizan un conglomerado de 30 grandes grupos de empresas, presentes en más de 30 países de Europa, América y Asia, y que generan unas ventas anuales de 13.400 millones de euros y dan empleo a 52.560 personas.
Aunque el fundador se casó tres veces y tuvo cinco hijos, hoy el control accionarial del grupo lo desempeñan fundamentalmente los hermanos Alexander y Michael Otto, su madrastra Mare y la hija Katharina. De los dos hermanos, Alexander es el consejero delegado y socio dominante en ECE, el negocio de los centros comerciales. La revista "Forbes", de EE UU, atribuye una fortuna de 10.500 millones de euros a Alexander, y de 6.800 millones, a Michael.
ECE opera habitualmente como inversor a largo plazo y apuesta por centros comerciales (bien en alquiler o en propiedad) en los que aprecia potencial de crecimiento bajo la consigna, atribuida a Alexander, de que sólo los espacios comerciales que se actualicen y renueven tendrán éxito a largo plazo.
