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La gran industria asturiana lleva tres meses sin las ayudas que abaratan la luz

Los sindicatos exigen al Gobierno que imite a Alemania y preste apoyo a las electrointensivas o de lo contrario "habrá deslocalizaciones"

La fábrica de ENCE en Navia Ana Serrano

La última vez fue en junio. Y, según palabras de la gran industria, fueron "unas migajas". Ese mes fue el último en el que las compañías electrointensivas asentadas en la región recibieron ayudas para abaratar su factura eléctrica. Desde entonces, ni un euro. Más en concreto, en junio fue el último mes en que se celebró la subasta de interrumpibilidad que el Gobierno llevaba convocando de forma trimestral desde 2013 y que, después de que Bruselas pusiera reparos, decidió suspender y sustituir por otro sistema -al que ha bautizado como servicio de reserva estratégica de respuesta básica- cuyo funcionamiento está aún por definir. Ante esta parálisis, las grandes compañías exigen al Gobierno que actúe ya y que dé luz verde de una vez por todas al estatuto para la industria electrointensiva, en el que, se supone, habrá medidas ya concretas para meter tijera a los recibos de la gran industria.

Señalan además que aquella última subasta de la interrumpibilidad fue un fracaso. Solo se repartieron cinco millones en ayudas para el conjunto del sector. El problema no se queda ahí porque no se trata de la única ayuda que se ha secado por completo en perjuicio de la gran industria asturiana. También lo han hecho las compensaciones que venían recibiendo estas compañías por la emisión de CO2. La última vez que las grandes compañías regionales recibieron estas subvenciones. Desde entonces, nada. Para este año, el Gobierno ha prometido que la partida de esta ayuda será de solo seis millones. Una cantidad insuficiente, según las grandes empresas afectadas. De hecho, estiman que debería andar rondando los 200 millones, como poco, para que fuera realmente efectiva. Lo cierto es que aún no se ha repartido ni un solo euro.

El malestar de la industria va creciendo cada semana que pasa sin ayudas, y exigen al Gobierno que "actúe ya" y que se active cuanto antes el interruptor de las subvenciones para no perder comba con sus competidores de Francia y Alemania. Buena parte de sus esperanzas están puestas en que el nuevo estatuto para las empresas electrointensivas traiga un alivio en su factura eléctrica, pero tienen dudas de que la normativa vaya a recoger las alegaciones que presentaron Asturias, Galicia y Cantabria. El Ministerio de Industria no quiso ayer dar detalles de qué medidas concretas incluirá esta nueva norma y se limitó a asegurar que "cuando se apruebe el estatuto, explicaremos lo que supone y qué medidas incluye". Falta el visto bueno de Bruselas.

Mientras tanto, Alemania prepara una rebaja de la factura de la luz de sus grandes empresas, mediante recortes en el impuesto que pagan por las emisiones de CO2, que entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2021 y que supondrá cientos de millones de ahorro para la industria siderúrgica, la química y la automovilística. El paso que va a dar el Gobierno germano fue muy bien valorado por los sindicatos españoles, que exigen al Gobierno de Pedro Sánchez que siga el mismo camino. El secretario general de la Federación de Industria de UGT, Jenaro Martínez, declaró que lo que está haciendo el Gobierno de Merkel "es lo que llevamos reclamando mucho tiempo para España. Y es una muestra del compromiso que los países del norte tienen con su industria. Aquí, con esta inacción, estamos favoreciendo la deslocalización". Igual de contundente, el líder de la Federación de Industria de CC OO, Damián Manzano, resaltó que las medidas anunciadas por Alemania "demuestran de forma clara que cuando hay intención real de adoptar medidas y mecanismos que permitan mejorar la competitividad en costes eléctricos, los estados de la UE pueden y lo están haciendo. España, y muy especialmente la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Rivero, que hay que recordar que tiene las competencias en materia de energía, no solo no tienen esa intención, sino que dan por amortizados los sectores industriales electrointensivos, abocándolos, como ya está sucediendo, al colapso sin que puedan tener un proceso de transición". Y añadió: "La medida que va a tomar Alemania demuestra además la mentira tras la que el Gobierno se parapeta, en base a una supuesta imposibilidad normativa en el ámbito de la UE, para no desarrollar el estatuto electrointensivo o mecanismos similares".

Mientras tanto, las diferencias entre los precios que las grandes industrias asturianas pagan por la luz y lo que abonan las alemanas se agrandan. En España -como refleja el gráfico adjunto- las electrointensivas pagan 48,39 euros por megavatio, mientras que en Alemania abonan solo 20,15 euros, menos de la mitad.

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