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JOSÉ MARÍA PÉREZ LÓPEZ | Concejal y portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Gijón

Josechu: "No sé qué haré en 2019, pero sí tengo decidido que estaré fuera de la política"

"Siempre entendí que ostentar un cargo público no era ser funcionario; quiero tener la oportunidad de hacer cosas nuevas, me gusta el mundo empresarial"

José María Pérez, ayer en Fomento. ÁNGEL GONZÁLEZ

Aunque confiesa que fue casualidad, la fecha dibuja una sonrisa en su rostro: José María Pérez López, "Josechu", se afilió a las Juventudes Socialistas el día de San Valentín de 1988. Entonces tenía 15 años. Lo suyo con el PSOE fue un amor adolescente, que ha ido madurando con el paso del tiempo. Fue concejal, diputado en la Junta General del Principado, candidato a la Alcaldía de Gijón y aspirante a la secretaría general de la Federación Socialistas Asturiana (FSA). El hoy portavoz municipal del PSOE (Luarca, 1972) anuncia su retirada de la política después de las elecciones de mayo. Y lo hace con un sentimiento "positivo", con la ilusión de entrar en el mundo empresarial y sin dejar, en ningún caso, su romance con el socialismo. Pérez analiza también en esta entrevista las heridas abiertas en la agrupación local con el inicio de las primarias, que tienen a tres precandidatos: la exconsejera de Educación Ana González, el director general de Deporte José Ramón Tuero y el abogado Constantino Vaquero.

- Si tuviera que elegir una única palabra para definir la situación vivida esta semana en el PSOE gijonés, ¿cuál sería?

-Pena.

- ¿Por qué?

-Porque había una oportunidad para restañar heridas, para plantear un proyecto que conectase a los militantes que se sienten distanciados entre sí... Y se perdió. Eso por un lado; porque por otro hay determinadas actitudes que pueden deteriorar la imagen que el PSOE transmite hacia el exterior y, por tanto, sus expectativas electorales. Sabemos que el Partido Socialista es, o era, la primera fuerza política de la ciudad, la que tenía más respaldo para gobernar a partir de 2019. Y ese sentimiento de pena tiene que ver con el riesgo que entraña todo esto para alcanzar ese objetivo.

- Tras vencer Ardura en las elecciones a la secretaría general, usted pidió que la dirección incorporase "las dos visiones" del partido. ¿Eso se ha hecho?

-Yo creo que no. Estamos en una organización en la que cuando uno piensa diferente a otra persona parece que estás enfrentado a ella. Y desde la dirección política, a cualquier nivel, es imprescindible que se transmita a la gente que la opinión diferente enriquece el discurso, no lo debilita. Lo que lo debilita es precisamente no integrar la otra opinión.

- ¿Se siente despreciado por la ejecutiva de Ardura?

-No, no es un problema de desprecio. La actualidad política está marcada por una fragmentación muy grande entre partidos por una falta de entendimiento que impide a veces sacar adelante programas que le hacen falta a la sociedad. Con ese panorama exterior, no puedes actuar internamente igual porque entonces cada vez seremos menos. Y hay que aspirar a ser más.

- De los tres precandidatos que hay hoy a la Alcaldía, ¿cuál ve mejor para Gijón?

-Ayer (por el jueves) decía Monchu (García) que no íbamos hacer ningún posicionamiento, y yo no lo voy a hacer. Participé con él en las negociaciones y tras escuchar a muchos compañeros y compañeras optamos por no presentar candidatura para no ahondar en lo que creemos que sería una situación no positiva para el PSOE. Hay nombres encima de la mesa y los militantes decidirán cuál es la mejor. Mi opinión personal de momento me la reservo.

- Por su larga trayectoria profesional en el Ayuntamiento, ¿qué le aconsejaría al futuro cabeza de lista socialista?

-Lo primero una inmersión intensiva en la realidad de la ciudad, que no se consigue ni en un día ni en dos ni en una campaña electoral. Una cosa es lo que uno percibe a través de los medios de comunicación y otra distinta la realidad que se observa en un Ayuntamiento, que es mucha más y no mucho mejor que la que se refleja en los medios. Necesitas tener un conocimiento de lo que piensa la ciudad y dedicar mucho tiempo a conocer esas opiniones. Y también sugeriría la mayor humildad a la hora de actuar, porque dentro no tenemos ni el mayor conocimiento ni todas las respuestas.

- ¿Qué balance hace de estos tres años y medio de oposición en el Ayuntamiento de Gijón?

-La ciudad va a perder otros cuatro años. Si el primer mandato de Foro estuvo marcado por la improvisación y el desconocimiento de la realidad municipal, el segundo, por la dejadez y por la falta de interés de dirigir el barco. Hay un Ayuntamiento que es una cabeza tractora fundamental para la ciudad y que este gobierno ha decidido que no quiere que ejerza ese papel. Ese es un elemento que hay que recuperar. Con un añadido: recobrar el ritmo interno que tenía la organización municipal, que se ha ido perdiendo por el cansancio de unos funcionarios que no tienen a nadie que les marque el rumbo. ¿Cómo veo la labor de oposición? En muchas ocasiones hemos estado solos, porque otros grupos apostaban por una especie de gobierno de coalición en la sombra con el equipo municipal. Eso ha hecho que nuestra voz, en muchos casos, haya sido la única que cuestionaba la gestión política del gobierno.

- En ese escenario de fragmentación de partidos y teniendo en cuenta que Mario Suárez del Fueyo repetirá como candidato de Xixón Sí Puede, ¿ve opciones de que haya un gobierno de izquierda?

-En 2015 el PSOE se quedó a un puñado de votos de tener un acceso directo a la Alcaldía. Por tanto ahora tenemos que aspirar a ser la vía más votada. Eso ya facilitaría estar en el gobierno e impulsar ese proceso. La segunda cuestión es que la mayoría de los concejales respondan a un ideario progresista. Y a partir de ahí tiene que haber diálogo. La estrategia de Podemos en este tiempo ha sido negar cualquier tipo de acuerdo con el PSOE. Lo ha hecho en Gijón, en Asturias y hasta junio en España. ¿Aprendieron de los errores? Yo creo que no lo suficiente. Sólo hay que ver lo que sucedió con el debate de la moción de censura en Gijón.

- ¿Ha pensado en su futuro?

-Alguna cosa (risas).

- ¿Baraja la opción de dejar a política?

-Eso no lo barajo, eso es una decisión.

- Explíquese.

-Este planteamiento no es nuevo, viene de atrás. En 2011 mi decisión era esa, pero me pidieron que continuase porque iba a haber un cambio en la cabeza de cartel y, ante la expectativa de ganar las elecciones, entendieron que podría ser útil para hacer esa transición. Pero llegó Moriyón a Gijón y Cascos convocó elecciones, alterando todo lo que estaba encima de la mesa. Ahora me veo en otro ámbito distinto. Siempre entendí que estar en política no era ser un funcionario de la política, sino desarrollar una función y hacerlo lo mejor posible. Y con mi edad conviene que no siga demorándolo. En aquel momento tenía 38 años para 39 y ahora tengo 45 para 46.

- Pero la situación hubiese cambiado si hubiese ganado las primarias a la secretaría general...

-Si hubiera ganado las primarias, no sería candidato a la Alcaldía de Gijón.

- Me refería a que seguiría en la política.

-Bueno, yo no me voy del PSOE. Y para militar orgánicamente no es necesario ser un cargo público ni estar en las instituciones. A mi me gusta hacer otras muchas cosas y quiero tener la oportunidad de hacerlas.

- Y si el PSOE ganara las elecciones autonómicas y le ofreciesen un puesto dentro del Gobierno, ¿se replantearía esa decisión?

-Cuando digo que me voy es que me voy. No es un problema de quién gane o quién pierda. Es una cuestión personal, una decisión que está muy meditada.

- ¿En qué ámbito laboral se ve entonces en 2019?

-Me gusta mucho el mundo de la empresa y de la educación. No tengo decidido qué voy hacer a partir de junio, pero sí tengo decidido que lo que voy hacer va a estar al margen de la labor institucional o política que he venido desarrollando estos años.

- Adrián Barbón será el candidato socialista a las elecciones a la Presidencia del Principado cuando en las primarias aseguró que no lo sería, ¿qué piensa de este cambio de postura?

-Él explicó cuáles eran las razones de ese cambio. Yo creo que al igual que en el ámbito local era conveniente hacer un esfuerzo para plantear una solución positiva, en el regional hubiera sido bueno abordar ese proceso de manera distinta. En todo caso, me preocupa más que quién asume la dirección de un partido político, después de meses muy convulsos, haga un esfuerzo especial para cortar los discursos radicales que generan división dentro. Lo qué dicen y cómo lo dicen es importante, porque eso puede contribuir a unir o a separar. Y pienso que no se cuida como se debería.

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