La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los padres de una joven fallecida crean una fundación para ayudar a estudiantes de éxito

"Queremos que lo que iba a ser para ella sirva a universitarios que lo necesitan", explican sobre esta idea que dará apoyo personal y económico

Por la izquierda, de pie, José Antonio García Santaclara, Elisa Álvarez, Rosa Rivero, José Antonio López y Silvia Diéguez, y sentada, Charo Falcón, en los soportales de la calle Marqués de San Esteban. ÁNGEL GONZÁLEZ

Perder a una hija única y adorada es "el mayor golpe que se puede recibir en esta vida". Un zarparzo después del que nada duele ya, y que para muchos podría suponer caer en la apatía, abandonarse a la pena. Más allá de eso, el matrimonio formado por Charo Falcón y José Antonio López ha curado sus heridas dando vida a su hija Sara más allá de la muerte, ideando una fórmula para mantener vivo su recuerdo y dándose a los demás. La pareja gijonesa acaba de crear la Fundación Sara López Falcón, una entidad para "que lo que iba a ser para ella, pueda servir a jóvenes que lo necesiten".

En un ejercicio de generosidad envidiable, sus padres pretenden echar un cable, económico y personal, a jóvenes que como su hija hizo en su día brillen en sus estudios. Pero que, al contrario que Sara, no dispongan de los medios económicos necesarios. Un proyecto que nace en memoria de una joven risueña, nacida en Gijón el 27 de marzo de 1985 y fallecida, prematuramente, el 5 de septiembre de 2013.

Fue estudiante brillante, terminó su licenciatura en Administración y Dirección de Empresas con Premio Fin de Carrera en la Facultad de Oviedo, y fue Primer Premio Nacional Fin de Carrera en el curso 2006-2007. Fue también la luz para sus padres, que, en la pérdida, han querido dejar el legado patrimonial que como heredera única le hubiera correspondido de haberles sobrevivido a una noble causa: "Que otros puedan aprovechar lo que ella no pudo", resume su madre, Charo Falcón, apenas cinco años después de haber perdido a su hija.

De este modo la fundación se centra en dos actividades fundamentales inspiradas por su vivencia: "atender y confortar a los padres que tengan la desgracia de perder traumáticamente a un hijo o hija", ayudados por la propia experiencia de los padres de Sara; y "apadrinar a jóvenes con capacidades intelectuales para sacar adelante estudios universitarios y que precisen ayuda por motivos económicos o de cualquier otro tipo".

"Hay muchos jóvenes brillantes que por las circunstancias que sean no disponen de los medios para llegar a tener el éxito que se merecen, y por eso nos hemos fijado en una figura que existe en países anglosajones como es la del apadrinamiento", explican. Se trataría de seleccionar universitarios desde el primer año de carrera universitaria, asturianos y que estudien en la Universidad de Oviedo, y a los que "a lo mejor la beca que puedan tener no les cubre todas sus necesidades de transporte, de clases complementarias de inglés, de alojamiento...". Para eso estaría la fundación, dispuesta a apadrinar a un estudiante cada año (se irían sumando con el paso de tiempo a razón de uno nuevo por curso) a través de personas voluntarias que se encargarían de ejercer como "tutores" para acompañar y evaluar a los jóvenes a lo largo de toda la carrera, prestándoles también apoyo emocional. La familia ha hecho cálculos y estiman que podrían aportar hasta 9.000 euros al año a cada alumno, y "daría para bastantes años", puntualiza José Antonio López, porque el proyecto es serio y no han querido que fuera algo pasajero.

De hecho, llevan muchos meses en ello, con reuniones con la consejería de Educación y el rector de la Universidad de Oviedo para encauzar un proyecto que "ha parecido muy bien porque no había nada parecido" y que ahora empezará a moverse entre los centros de Secundaria con la intención de empezar con las becas el próximo curso, y con la idea también de estudiar en el futuro otras ayudas para circunstancias sobrevenidas. "Aquí no hay trampa ni cartón, nadie se beneficia de nada: somos una Fundación de nueve personas, amigos de Sara y nuestros, que queremos ayudar a quien lo necesite de verdad porque dando, recibimos. A nosotros nos sirve también de terapia, y lo único que exigimos es que la persona becada tenga el máximo interés en sus estudios, porque estamos dispuestos a acompañarle hasta que tenga encauzada su vida laboral", advierte Charo Falcón.

Paralelamente, la Fundación Sara López Falcón también ha puesto en marcha un proyecto de atención al duelo dirigido exclusivamente a padres que han perdido un hijo, porque "en Asturias no hay programas específicos para esto". El matrimonio gijonés contactó en su día con una asociación en Andalucía y resolvieron poner en marcha un recurso de apoyo para padres asturianos, creando grupos de apoyo con la colaboración voluntaria de una psicóloga. Ya disponen de un local en el Centro Municipal de La Arena y esperan poder iniciar su actividad después del verano. Quien desee formar parte de este grupo de duelo deberá ponerse en contacto directamente con la Fundación para ser evaluado por la psicóloga antes de iniciar el trabajo de acompañamiento, y tanto Salud Mental como los centros de Primaria ya conocen de la existencia de este recurso. "Se trata de ayudarnos mutuamente, sabiendo por lo que hemos pasado", indican.

La asociación empresarial Asturmanager ha elegido este año la Fundación Sara López Falcón como destinataria de la recaudación de su cena solidaria, el próximo día 31 de mayo. "Toda aportación voluntaria será bienvenida", indican los padres de Sara. Pero aún sin ayuda externa, prometen ayudar con sus recursos al mayor número posible de personas. "Por ella, para que de algún modo siga entre nosotros".

Compartir el artículo

stats