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Un suceso que ha conmocionado a toda la ciudad

El bebé de Nuevo Roces murió tras recibir, al menos, ocho puñaladas y múltiples cortes

Los policías cotejarán el ADN del recién nacido, que tuvo una gestación completa, con bases de datos para intentar localizar a los progenitores

Zona de los contenedores donde fue hallado el bebé.

El bebé de Nuevo Roces murió tras recibir, al menos, ocho puñaladas y múltiples cortes por todo el cuerpo, especialmente en las piernas, antes de que alguien lo arrojase dentro de una mochila al contenedor de basura de la calle Jenaro Suárez Prendes en el que lo encontraron en la madrugada del viernes. Además, la autopsia del forense confirma que el niño nació vivo y estaba perfectamente formado tras una completa gestación. Los investigadores de la Policía Nacional, por su parte, tratan de estrechar el cerco a los responsables de este asesinato que ha conmocionado a la ciudad, especialmente al barrio gijonés.

El ya de por sí trágico hallazgo del recién nacido muerto en el contenedor ha adquirido ahora una mayor crudeza al conocerse que lo mataron tras varias puñaladas profundas -una de ellas, en el costado era mortal de necesidad- al poco de nacer. Apenas unos minutos después. Prácticamente envuelto todavía en la placenta y hasta con el cordón umbilical lo metieron en una mochila y lo llevaron hasta el barrio de Nuevo Roces. Allí lo tiraron a un contenedor de basura con la intención de que nadie lo encontrase. Así pudo ocurrir, pero un vecino de la zona que acostumbra a buscar cosas en los contenedores frustró los planes de la persona -o personas- que arrojaron al recién nacido después de matarlo con saña, tal y como demuestran los múltiples cortes que presentaba el bebé por todo el cuerpo. Después de dejar la bolsa en el contenedor, se esfumaron.

Los agentes de la Policía Nacional al frente del caso, sorprendidos por un hecho inédito en Gijón, mantienen todas las líneas de investigación abiertas y no descartan casi nada por el momento. Ni siquiera que los responsables sean vecinos de fuera de la región. Sí acotan, al menos, el tiempo en el que pudieron arrojar al bebé al contenedor. En principio, la franja horaria está delimitada entre las seis de la tarde del jueves y las dos de la mañana del viernes, cuando lo encontró Paulino Otero, conocido en el barrio como Pablo. Ocho horas de imágenes de todas las cámaras de la zona para encontrar alguna pista.

En esa imágenes, como acostumbra el protocolo habitual, revisarán las matrículas de todos los vehículos que entraron y salieron de Nuevo Roces por alguno de sus accesos. También los movimientos de transeúntes que por uno y otro lado de la calle Jenaro Suárez Prendes pudiesen acercarse al contenedor de basura.

Con la autopsia y los restos del bebé también podrán obtener los resultados de ADN del menor y así cotejarla con su base de datos para ver si arroja un resultado positivo. La investigación está en marcha, ha sido intensa durante el fin de semana y siguen participando agentes de varias brigadas, como la Científica, Judicial y la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV). Cualquier huella en el contenedor, vestigio o pista podrá estrechar el círculo y avanzar en la investigación, que por el momento mantiene abiertas todas las posibilidades.

El trágico suceso ha dejado conmocionada a toda la ciudad, especialmente al barrio de Nuevo Roces, donde algunos vecinos han depositado velas y flores junto a la zona donde se ubican los contenedores de basura, a la altura del número 325 de la calle Jenaro Suárez Prendes. Al tiempo, mantienen que los responsables no viven en la zona.

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