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Un proyecto medioambiental que va más allá del anillo navegable

El Piles se mira en el Manzanares

El río que atraviesa Madrid, ejemplo para Gijón de la tendencia a la renaturalización de los cauces fluviales de las grandes ciudades

El río Isar

Dicen los que saben que el Manzanares se ha convertido en uno de los ejemplos de devolución a las ciudades de sus ríos como entes vivos. Sea o no sea ejemplar lo cierto es que la actuación desarrollada en Madrid es una evidente muestra de esa tendencia a la renaturalización de los ríos urbanos que se ha dejado sentir en muchas ciudades del mundo desde hace más de una década. Donde antes había suciedad, olvido y aguas encorsetadas para que no molestaran el desarrollo de la urbe ahora se ve aguas limpias, flora y fauna autóctonas, una vuelta a la imagen natural del cauce y espacios públicos recuperados para el disfrute de los vecinos.

Ahora es Gijón quien mira hacia el río Piles y los responsables del área municipal de Medio Ambiente quienes toman notas de proyectos como el del río madrileño para intentar dejar atrás la realidad de un río contaminado que, de paso, contamina la playa de San Lorenzo. El recién presentado plan de actuaciones sobre el Piles fija un apartado concreto para acciones en el cauce principal del río. Es en ese bloque donde está la polémica decisión de suprimir de manera definitiva las compuertas que permitan embalsar el agua del anillo navegable pero también donde se establece un proyecto de restauración y recuperación fluvial de ese tramo y de todo el río a su paso por la zona urbana de Gijón.

Abrir unas compuertas fue, precisamente, el gesto inicial del proyecto de renaturalización del río Manzanares en 2016. En el caso madrileño fue la organización Ecologistas en Acción quien presentó el plan y el gobierno municipal de Manuela Carmena quien lo asumió. Incluso con algún conflicto deportivo parecido al que se está viviendo en Gijón con los piragüistas y el Grupo Covadonga. En Madrid la Escuela municipal de remo se trasladó del Manzanares a un gimnasio. Allí estuvieron dos años para volver al río a mediados de 2018 pero la decisión de embalsar agua para hacerlo navegable en un tramo duró un mes: la compuerta nueve del Manzanares volvía a abrirse para darle una oportunidad a la flora y la fauna que habían repoblado las orillas del resto del tramo urbano del río.

El nuevo gobierno municipal de Madrid asumía en julio de este año la posibilidad de permitir de nuevo el remo en el Manzanares. El acuerdo político en el salón de plenos fue, sin embargo, seguir adelante con la renaturalización y construir un canal de remo en Madrid pero fuera del río.

Entienden los munícipes madrileños que el crecimiento de la vegetación en el río Manzanares y la creación de islas han tenido consecuencias ambientales más que positivas con la limpieza de aguas, la aparición de medio centenar de aves, el regreso de los barbos autóctonos y hasta el avistamiento de nutrias tras medio siglo desaparecidas de la zona.

Ecologistas en Acción también ha desarrollado proyectos -otra cosa es que se hayan llevado a cabo en su integridad o en que fase del proceso están- para la renaturalización del río Genil, a su paso por Granada; el río de Oro que nace en Marruecos y desemboca en Melilla; el río Besós que hace de frontera entre Barcelona y Badalona; el río Castaños que llega hasta la ría de Bilbao y el río Isuela en su tramo de paso por Huesca.

A nivel internacional hay experiencias de renaturalización de ríos urbanos desde hace mucho tiempo. El Isar en Munich, es una, y el Cheong Gye Cheon, en Seúl, otra. En la ciudad alemana el proyecto se lanzó en 1995 bajo el lema "¡Nueva vida para el Isar!" y se desarrolló hasta 2006 con un coste total de 35 millones. Alemania es uno de los países que más se han comprometido con la recuperación de sus ríos. Hay experiencias en el Ruhr, el Meno, el Elba y el Emscher, que hasta hace pocos años tenía el dudoso honor de ser considerado el río más sucio de Europa. Curioso es el caso de la capital coreana donde se había construído una autopista encima del cauce. En 2005 se decidió desenterrar el río y devolverlo a su estado natural.

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