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"Nunca había quedado tanta gente fuera", dicen en la escuela de bebés de Castropol

Los planes del Consistorio pasan por duplicar las aulas de 1 a 2 años y de 2 a 3, una actuación que el PP no apoya y para la que pide prudencia

Los escolares de El Turullón, ayer, jugando durante el recreo. T. CASCUDO

En 2018 nacieron en Castropol un total de 23 niños, la cifra más alta desde 2009, cuando se registraron 24 nuevos nacimientos en el concejo. Esta situación ha motivado que este curso la escuela de bebés El Turullón haya contabilizado una lista de espera de récord: en el aula de 1 a 2 años hay 13 pequeños matriculados y otros tantos en espera. A la vista de estos datos, el Principado y el Ayuntamiento están analizando las posibilidades para ampliar este equipamiento, abierto en 2009.

"En los últimos seis años la escuela se llena siempre. El curso pasado empezamos a tener lista de espera, pero la de este curso nos sorprendió mucho. Nunca se había quedado tanta gente del concejo fuera", reflexiona la directora del centro, Alba Fernández. Explica que el curso pasado se planteó al anterior equipo de gobierno la posibilidad de ampliar el centro, una idea que ahora cobra fuerza.

"Los 13 que se quedaron fuera van a volver a solicitar plaza el curso que viene, para entrar en 2-3 años. La ampliación es necesaria", incide Fernández. Y no solo por el aumento de matrícula, sino que para los 38 ( hay una plaza libre) que actualmente se forman en este centro, adecuado dentro del colegio La Paloma, el espacio es ajustado. De hecho, la sala de usos múltiples se reconvierte a diario en comedor gracias a unas mesas abatibles.

La concejala de Educación y Cultura, Miriam Moya, explica que los planes del Consistorio castropolense pasan por duplicar la capacidad de las aulas de 1-2 años y las de 2-3 años, con 13 y 18 plazas, respectivamente. Esta ampliación supondría también aumentar la plantilla, que actualmente es de siete trabajadoras.

De los 13 niños que se quedaron fuera (inicialmente la cifra fue de 15), ocho son de Castropol y cuatro de fuera, en concreto, de Ribadeo y de Tapia. Los ribadenses que buscan plaza en Castropol lo hacen porque alguno de sus padres sigue empadronado en el concejo o bien por razones laborales. En el caso de Tapia, la razón es la ausencia de escuela de bebés, lo que obliga a las familias a buscar hueco en las vecinas de El Franco (la opción preferente) y Castropol. No obstante, El Turullón defiende que las cifras de foráneos son bajas si se comparan con los locales. De hecho, de los 38 alumnos matriculados este curso, 31 son locales, tres de Ribadeo, uno de Tapia y hay tres hijos de personas de fuera, pero que trabajan en el concejo.

Con todo, no se puede decir que Castropol se quede al margen de la pérdida de población progresiva que sufre Asturias. Entre 2009 (fecha de apertura del centro) y 2019, el concejo perdió 443 habitantes. Además, si bien en 2018 nacieron 23 niños, el año pasado los nacimientos se redujeron a 11, la cifra más baja de la última década. En este contexto, la oposición municipal del PP cuestiona la ampliación propuesta por el Consistorio y considera que no se han tenido en cuenta diversos factores, como el hecho de que Galicia empezará este curso a aplicar la gratuidad de las escuelas para el segundo hijo o que Tapia trabaja para abrir escuela propia. "Nos alegra que El Turullón funcione y sea un referente, pero hay que ser razonable y hacer un estudio más profundo. La natalidad decrece y tanto la situación de Tapia como la de Ribadeo hará que baje la demanda", señala la portavoz, Nazaret López, quien cree que esta inversión debería dedicarse a obras necesarias en el colegio La Paloma.

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