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La venta online a particulares sostiene la ostra del Eo ante el parón hostelero

Los ostricultores lamentan la cancelación del festival que Castropol dedica al producto y que se habría abierto hoy: "Era un ingreso extra"

Manuel Fernández y Eduardo Martín, ayer, envasando ostras. T. Cascudo

Si el COVID-19 no se hubiera interpuesto en su camino, Castropol habría inaugurado hoy la séptima edición del festival "Somos la ostra", dedicado al preciado molusco que se cultiva en la ría del Eo y que se ha convertido en uno de los referentes turísticos del municipio. Los ostricultores lamentan las pérdidas que acarrea su cancelación y también el cierre de la hostelería, su principal cliente, pero tratan de sobreponerse tirando de la venta online a particulares.

"La suspensión del festival acarrea trastornos. Es un ingreso extra, también de publicidad e imagen", reconoce Eduardo Martín, biólogo de Acueo. Esta firma castropolense, la más veterana de las dos del estuario, retomó esta semana la actividad tras un mes de parón voluntario. "Cuando cerró la hostelería, decidimos pararlo todo. Solo mantuvimos el trabajo de mantenimiento en el parque de cultivo, que está estupendo", precisa Martín.

Aunque las ventas al sector hostelero representa en estas fechas del 80 al 90% de su facturación, están notando un ligero repunte en la venta online a particulares. "Parece que el sector de la alimentación online se está moviendo mucho, y lo notamos en que hemos registrado más envíos de lo normal, casi la mitad son clientes nuevos", reconoce este ostricultor.

Martín dice que lógicamente esta situación les afectará económicamente pero, al ser una empresa pequeña (son tres trabajadores en total), se muestra optimista sobre la recuperación. Han reducido los gastos al mínimo y retrasado parte del pago de los salarios hasta que se recuperen: "Es un daño económico, pero creo que si se van recuperando las cosas y la situación sanitaria lo permite lo podremos capear con cierta tranquilidad".

Menos optimista es César Gómez, máximo responsable de la firma Ostrastur. Aunque esta compañía comercializa ostras de la ría del Eo pertenece a un grupo mayor que vende productos de acuicultura a nivel nacional y tiene un sistema de trabajo diferente a Acueo. "Llevamos desde el 14 de marzo sin hacer una sola factura. Es una situación dramática", señala. Su grupo depende casi al completo de la venta al sector hostelero y cifra la venta online a particulares entre un 5 y un 10 por ciento.

Han tenido que recurrir a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que ha afectado a uno de los dos empleados de Castropol. El que se mantiene activo se dedica al mantenimiento del parque. En este sentido, dice que si las ventas tardan demasiado en reactivarse sumarán más pérdidas: "Si tardamos en recoger la ostra llegará a un tamaño que no es comercial y supondrá una merma del stock". Con todo, espera lograr financiación para mantener el grupo y poder capear la crisis. "Vamos a intentar estar el año que viene en el festival de Castropol", sostiene.

Por su parte, el Alcalde de Castropol, Francisco Javier Vinjoy, lamenta el "daño importante" que la cancelación de "Somos la ostra" produce en el sector turístico. "No solo es un daño para los ostricultores, sino para el sector hostelero y hotelero porque con el festival Castropol se llenaba. Es una pena, es nuestro buque insignia", apunta el regidor.

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