La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Novena contra el virus en Covadonga

Los fieles acuden al santuario cangués, aunque en menor medida: "Que no haya procesión es una decepción, pero ha de primar la salud"

Visitantes en el acceso a la santa cueva. J. M. CARBAJAL

"Una novena en un tiempo especial". Así calificó el sacerdote praviano Luis Marino Fernández, canónigo de la Real Colegiata de Covadonga, el actual novenario a Nuestra Señora de Covadonga, patrona de todos los asturianos, que ha venido congregando entre 200 y 250 personas en cada una de las misas vespertinas oficiadas en la basílica del santuario mariano desde que arrancase el pasado 30 de agosto con la asistencia del embajador de la Santa Sede en España, Bernardito Auza. Aún más: la carpa habilitada en el exterior de la basílica fue desinstalada días atrás por escasez de aforo.

Y es que la nueva normalidad y el estado de alerta naranja en el concejo de Cangas de Onís desembocaron en una estricta aplicación del protocolo se seguridad sanitaria. Tanto a la entrada de la basílica como en el interior de la santa cueva hay atomizadores desinfectantes de manos. Además, voluntarios del santuario se encargan de limpiar los bancos de la basílica antes del inicio de la misa vespertina de la novena. Tampoco hay agua bendita en las pilas bautismales. Del mismo modo, se retiró -ya durante el estado de alarma- la medalla de la Santina, que normalmente besan los fieles, como medida de prevención.

"Este año parece que hay poca gente", aseveró Conchita Suárez Cuadriello, vecina de San Juan de Parres, quien arribó al santuario de Covadonga caminando desde el barrio de El Puente Romano, cumpliendo con una tradición que hace todos los años, coincidiendo con alguna de las jornadas del novenario a la Virgen. "Suelo venir un día de la novena, andando, y este año tocó hoy", apuntó, antes de asistir a la misa que predicó Benito Gallego Casado, deán de la Catedral de Oviedo, titulada "En ti buscamos refugio" y que contó con la presencia, entre otros, del arzobispo Jesús Sanz Montes.

Por si fuera poco, a causa de la incertidumbre de la pandemia del covid-19, durante toda la semana no hubo autobuses de otras parroquias de Asturias con destino al novenario. Algo que llenó de sosiego y tranquilidad estas señalas fechas, lejos de los cientos de devotos y peregrinos que solían ser partícipes en ese recorrido en los últimos años, tras la celebración de la eucaristía, entre la basílica y la santa cueva, acabando cantando -ahora se hace en la basílica- la Salve y el himno a la Virgen de Covadonga a cargo de la Escolanía.

Desde el estado de alarma, en marzo, los escolanos regresaron a sus respectivos domicilios familiares, en espera de la recuperación de la nueva normalidad y el retorno a las aulas. De momento, en tanto se reanudan las clases, tan solo siete escolanos mayores han venido cantando las misas del novenario de la basílica, dirigidos por Jorge de la Vega Laria; en tanto, Fernando Álvarez, pone la banda sonora como organista titular del santuario de Covadonga. La misa de ayer domingo, "Líbranos de todo pecado", estuvo oficiada por Juan Hevia Fisas, párroco de la Unidad Pastoral de Pola de Siero.

"Es un poco decepción. La procesión es uno de los atractivos de la novena. Pero, en esta situación, ha de primar ante todo la salud", manifestó José Luis Galán Serrano, "Pepín el Jardineru", quien lleva casi cuatro décadas coordinando las mismas. Él se encarga de designar los portadores o portadoras, entre los devotos que llegan de ofrenda, así como de decidir los relevos en el trayecto de la imagen de la Santina en andas, entre la basílica y la santa cueva. Habrá que esperar al año próximo, si nada se tuerce en la evolución de la pandemia del coronavirus, para retornar a la normalidad.

El cielo encapotado y algo de orbayu de las dos últimas jornadas no desanimaron, sino todo lo contrario, a un grupo de "bikers" que realizaron la ruta desde Gijón hasta la explanada alta -recién acondicionada- de la basílica de Covadonga, todos ellos pertenecientes al club EDP. Salieron a las 9 de la mañana de la Villa de Jovellanos y realizaron el itinerario en BTT por la senda que marcó y señalizó la Tertulia Cultural El Garrapiellu. A las 16.45 llegaron a Covadonga. "Todos los años hacemos esa ruta", comentaron antes de las fotos de rigor.

Compartir el artículo

stats