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Rodríguez: "La ciberdelincuencia avanza más rápido que la aplicación de las leyes"

El fiscal de Criminalidad Informática alerta de que los delitos de pornografía infantil en la red han descendido porque los malhechores "han aprendido a hacerlo mejor"

Por la izquierda, Javier Fernández, Alberto Rodríguez, Diego García y Luis Javier Muñiz, ayer, en el Club Prensa Asturiana Miki López

"La ciberdelincuencia avanza más rápido que la aplicación de las leyes". Ésta fue una de las reflexiones realizadas ayer por Alberto Rodríguez Fernández, fiscal delegado de Criminalidad Informática del Principado durante un mesa redonda celebrada en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA sobre cómo proteger a los menores ante los peligros de las nuevas tecnologías. Uno de estos peligros es la distribución en internet de pornografía infantil. Rodríguez explicó que en los últimos tiempos este tipo de delitos ha descendido "pero no debido a que se produzcan menos, sino a que los delincuentes han aprendido a hacerlo mucho mejor". El fiscal también puso de manifiesto la necesidad de que los legisladores apliquen "un mínimo de claridad en la redacción de los delitos en el código penal". Y es que Rodríguez aseguró que "muchas veces el legislador hace leyes muy difíciles de aplicar. Necesitamos leyes más claras".

El representante del ministerio fiscal también abordó alguno de los delitos que los menores cometen a través de la red, como el ciberacoso, que apuntó que "tiene consecuencias desoladoras para la víctima". Y es que este tipo de acoso en la red se dispara por el efecto multiplicador de las redes sociales y por su extensión en el tiempo. "Una vez que algo se sube a la red es muy difícil sacarlo de ella", aseguró el fiscal.

Mientras, Javier Fernández Merino, abogado de Novaley, bufete dirigido por Diego García, explicó las fases de otro ciberdelito vinculado a los menores como el acoso sexual. Fernández desgranó cómo adultos logran contactar con menores de edad a través de redes sociales, ganarse su confianza y lograr que les envíen fotos o vídeos de carácter sexual. Cuando el niño se niega a enviar más el adulto lo chantajea con hacerlos públicos si no prosigue suministrándole material. Y llega el caso en el que el menores han llegado a quedar con sus acosadores para tratar de solucionar el problema, produciéndose entonces abusos sexuales.

En este punto el responsable del Grupo de la Delincuencia Económica y Tecnológica de Asturias, que prefirió ocultar su nombre por motivos de seguridad, relató un caso ocurrido en la región en el que el abusador había convencido al menor para quedar en un hotel. "Afortunadamente no pasó nada porque estábamos allí esperándolo". Por su parte, Luis Javier Muñiz, director de Convergencia de Telecomunicaciones, ofreció consejos a los padres para controlar qué hacen sus hijos en la red, como conocer sus contraseñas, censurar a través de programas determinadas páginas o colocar el ordenador en el salón a la vista de todos.

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