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La fórmula del Oviedo para bajar los sueldos: ampliar los años de contrato

El club azul pedirá un esfuerzo económico a sus futbolistas, pero en muchos casos les garantizará más estabilidad en la entidad

Francesc Arnau, en el Tartiere. IRMA COLLÍN

Menos dinero, pero más años. Calculadora en mano en las oficinas del Tartiere. El Oviedo está enfrascado en cuadrar números en la "reestructuración" de los contratos de la primera plantilla para poder afrontar un mercado atípico de fichajes con garantías. Aunque hay matices, porque cada contrato tiene sus particularidades y parece complicado ("casi imposible", dice un agente con peso en el mundo del fútbol) que los futbolistas accedan por las buenas a perder dinero existiendo un acuerdo vigor. "Si un futbolista no quiere cambiar su contrato, no se cambia, se ponga como se ponga el club", explica rotundo otro representante consultado por LA NUEVA ESPAÑA.

Por eso, en el Oviedo se buscan diferentes fórmulas, muchas habituales en el mundo del fútbol, que serán recurrentes de ahora en adelante tras pasar los momentos más duros de la pandemia. Una de las que medita el Oviedo, según ha podido saber LA NUEVA ESPAÑA, es sencilla de ejecutar, viable en términos económicos y de cara a la Liga, aunque en muchos casos será difícil de negociar. Se trata de ofrecer una bajada de salario al futbolista en su ficha anual y en compensación alargar la duración del contrato en vigor. En resumen: menos al año, pero por más años.

En el Oviedo, además, la fórmula encaja a la perfección teniendo en cuenta además la situación contractual de varios futbolistas importantes de la plantilla. Es el caso de Mossa, Carlos Hernández o Tejera (Arnau, director deportivo, habló específicamente de estos dos últimos casos en su intervención ante los medios y aseguró que se cuenta con ellos), que finalizan contrato en el verano de 2021. Mossa y Carlos Hernández renovaron su vinculación con el Oviedo a mitad de la campaña pasada y Tejera lo hizo a su vez por objetivos deportivos.

Por tanto, en esos tres casos, la fórmula del Oviedo encaja en su futuro inmediato, aunque todo pasará por una negociación con los agentes de los futbolistas. Muchos representantes esperan impacientes la llamada de Arnau. En una situación similar está Rodri, delantero, que llegó en el mercado de invierno hasta final de temporada con la oportunidad de renovar por otro curso más si el Oviedo lograba la permanencia, ya garantizada.

Marco Sangalli es otro de los jugadores que acaba contrato en 2021, pero el donostiarra cotiza más a la alta que el resto de casos tras una buena temporada en el Oviedo. El extremo, además, no tiene una de las fichas más elevadas de la plantilla y la negociación, en caso de que el club le pida un esfuerzo, no se prevé sencilla.

Por otro lado, hay también otro grupo de jugadores que acaban su vinculación con el Oviedo en el verano de 2022 y llegar a un acuerdo en su caso puede ser aún más difícil. Es la situación de Grippo, Arribas o Jimmy, con los que se cuenta para el futuro. Paralelamente, el Oviedo tendrá que hacer frente a la situación de aquellos futbolistas que se sitúan en el caso contrario y que esperan una mejora salarial de cara a la siguiente temporada. En ese grupo entran, entre otros, Juanjo Nieto, Borja Sánchez y Samuel Obeng, tres de las fichas más bajas de la plantilla (en el caso del delantero, su salario está por debajo del mínimo de Segunda División, que es de 77.500 euros, al tener hasta ficha con el filial).

El Oviedo, pues, afronta un escenario incierto mientras se sigue negociando la renovación a la baja de Saúl Berjón y Christian Fernández, que ya han finalizado contrato. En el club azul son conscientes de la dificultad de toda esta reestructuración, terreno desconocido en el fútbol, pero confían en que los futbolistas pongan de su parte. Hay, por tanto, optimismo. Un reajuste salarial (en la entidad se evita hablar de bajada de sueldos) que, recalcan desde el Oviedo, se afronta como consecuencia de la pandemia y que será general para la mayoría de los equipos del fútbol profesional, tocados en lo económico por la práctica del deporte rey sin público y por el descenso de los ingresos por publicidad. El objetivo económico es igual para todos los implicados (liberar gastos y conseguir el límite salarial más provechoso para no perder nivel competitivo) y el reto, mayúsculo: sentarse a negociar con futbolistas con contrato en vigor y acordar una reducción salarial en beneficio del club.

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