La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Asturias colabora con el padre de internet para atajar los bulos y la violencia online

La Fundación W3C, encabezada por Tim Berners-Lee, promueve desde su sede en Gijón un nuevo "contrato" global para usar la red

Tim Berners-Lee, considerado el padre de internet.

Internet cumple 30 años y su creador, el científico computacional Tim Berners-Lee -premio "Príncipe" de Investigación- está muy preocupado por la deriva que ha tomado su criatura. La red que iba a mejorar la humanidad con el intercambio abierto de conocimientos se ha convertido en un ecosistema global intoxicado por la piratería, los ciberataques patrocinados por los estados, los bulos, la propaganda, los discursos radicalizados y, además, el expolio de datos privados por parte de multinacionales que convierten al usuario en mercancía. Berners-Lee cree que ha llegado el momento de establecer una serie de "leyes y códigos para minimizar ese comportamiento, como siempre lo hemos hecho en el mundo sin conexión".

Para atajar esos problemas y pasar de "la adolescencia digital a un futuro más maduro, responsable e inclusivo", el padre de internet está promoviendo el llamado "Contrato para la Web", un documento equiparable a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que garantice el acceso universal a la red y el respeto a la privacidad. La difusión del contrato se hace a través de la Fundación W3C, cuya sede para España y el mundo hispanoamericano está en Asturias, integrada en el CITC (Centro Tecnológico de la Información y la Comunicación), con sede en Gijón. "La web ha sido sin duda un gran desarrollo en beneficio de la humanidad, pero, como toda gran tecnología disruptiva, crea situaciones nuevas que no se esperan cuando se diseña. Ahora, lo que el 'Contrato para la Web' plantea es poner orden en todo eso", señala Pablo Suárez, director de operaciones de CTIC.

Berners-Lee, en una carta difundida con motivo del 30.º aniversario de la red mundial, diagnostica tres grandes disfunciones en internet. En primer lugar, el "comportamiento criminal y el acoso online", como la piratería o los ciberataques. En segundo lugar, el creador de la web subraya que "el diseño del sistema crea incentivos perversos donde se sacrifica el valor del usuario". Se refiere a los "modelos de ingresos basados en anuncios que recompensan comercialmente el clickbait (noticias con titulares engañosos que invitan a pinchar) y la propagación viral de información errónea". En tercer lugar, cuestiona los diseños "benevolentes" que han permitido un discurso online "polarizado". En una entrevista en la BBC, Berners-Lee se mostraba ayer "muy preocupado por la indecencia y la propagación de la desinformación. Cuando se destapó el caso de Cambridge Analytica, la gente se dio cuenta de que las elecciones se pueden manipular usando datos que ellos mismos han proporcionado", añadió. Según el creador de la web estos problemas pueden frenarse. "Necesitamos cooperación en la web con el Gobierno, la población civil y cargos electos que tomen decisiones y actúen cuando los intereses del sector privado amenacen los bienes públicos". La adhesión al "Contrato para la Web" persigue eso.

A las valoraciones del padre de internet, Martín Álvarez Espinar, responsable de la oficina W3C para España y Latinoamérica, insiste en que hay que educar a las nuevas generaciones sobre la necesidad de "trasponer" al mundo digital los principios éticos que se aplican en el mundo real. O, dicho de manera más coloquial, "hay que educar a los usuarios en que tienen que comportarse en un foro virtual de la misma manera que lo harían, por ejemplo, en un bar". "No es que la tecnología sea secundaria, pero tenemos que hacer más énfasis en la parte humana", añade.

Por su parte, José Emilio Labra Gayo, profesor del departamento de Informática de la Universidad de Oviedo y director del grupo de investigación "Weso" en web semántica, subraya la importancia que internet ha tenido y tiene en la sociedad actual, pero también incide en la necesidad de aprender a usar la web y en conocer a fondo las implicaciones que tiene, por ejemplo, la cesión de nuestros datos a determinadas plataformas. "La web, con 30 años, es un proyecto relativamente joven que tiene que madurar, y madurar nosotros también en su uso", apunta.

Compartir el artículo

stats