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España relega a un investigador asturiano cotizado en universidades del Reino Unido

El experto, que recibió uno de los prestigiosos contratos "Marie Curie", quedó en el número 77 de los aspirantes a un puesto en nuestro país

España relega a un investigador asturiano cotizado en universidades del Reino Unido

Disputado por las mejores universidades de Reino Unido y casi desahuciado por la Universidad española. Esta es la realidad de un investigador asturiano, formado en Oviedo, titular de uno de los prestigiosos contratos de la Ciencia europea "Marie Curie", vinculado en los últimos años a una de las cuatro instituciones británicas más prestigiosas y con perspectivas de poder continuar trabajando en el Reino Unido. Sin embargo, por motivos familiares quiso volver a España y, al presentarse a una plaza para un contrato posdoctoral en nuestro país, se ha visto relegado al puesto 77 entre los aspirantes. Esta investigador, que no quiere revelar su identidad públicamente, ha anunciado recurso porque las explicaciones que le han dado son "contradictorias", a su modo de ver, aunque asume que será "un brindis al sol".

No es una excepción. Es conocida la (triste) anécdota de que si muchos premios Nobel se hubieran formado en nuestro sistema universitario y antes de lograr tal reconocimiento hubieran optado a una plaza de ayudante doctor, seguramente no habrían podido. Muchos ni lo habrían intentado y a otros tantos les dirían que les faltaba un número determinado de publicaciones en revistas de impacto, o más horas docentes? "Las cosas deben cambiar mucho y desde dentro", coinciden varios expertos en el mundo académico.

La Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación ha dejado fuera del acceso a plazas docentes a destacados científicos. Por cada evaluación negativa para ser profesor contratado en España, les ofrecen un contrato de investigación al máximo nivel fuera de España. En Reino Unido para presentarse a una plaza, la Universidad pide a los candidatos que argumenten por qué consideran que la merecen y concretar qué pueden ellos aportar a esa Universidad. Cada cuatro años les revisan sus contribuciones. No vale no producir porque uno ya está en 'su' plaza. Pero en España el sistema está diseñado de manera extremadamente conservadora. No favorece la integración de la excelencia, sino que la penaliza. Y la docencia se mide a granel, dejando fuera a los mejores, como el puesto 77 para el asturiano con contrato "Marie Curie".

"Son secretos a voces los escándalos de la Universidad", confiesa otra investigadora que prefiere mantener el anonimato por si toman represalias contra ella. "Hace unos meses me vi con un pie en la calle", dice. Como ella hay decenas de premios extraordinarios de licenciatura, doctores cum laude, otros que han tenido contratos europeos que, en algún momento de su carrera, se tropezaron con un muro infranqueable porque primaba el candidato "de la casa".

Los afectados por la tendencia endogámica de la universidad española hablan de plazas "a medida" sin tener en cuenta los méritos reales de los seleccionados. Esa realidad, al final, repercute en la calidad de la investigación y la docencia, "pero quien entró por la puerta de atrás no querrá abrir la puerta principal porque se sentirá amenazado", añaden.

Sucedió en la Universidad de Oviedo hace pocos meses. Departamento de Historia. Se convoca una plaza de contratado doctor. Los elegidos son dos candidatos ex aequo. Algo inédito. Ambos se reparten la docencia pero, en pocas semanas, a uno de ellos le llega una sorpresiva carta de despido. ¿Casualidad? "El sistema de acreditación hace aguas", dice un buen conocedor del sistema, "porque no impide los vicios y casos extraños que suceden. Aun cuando se cumplen todos los requisitos, si encuentras enfrente a ese 'de la casa', la acreditación con méritos no sirve de nada", apostilla. El exrector de la Complutense, Carlos Andradas, ya ha alzado la voz para suprimir el sistema de acreditación actual de la ANECA. Pero no todos están de acuerdo con él.

En Inglaterra, por ejemplo, hay tres ramas de profesorado, para lo que se buscan tres tipos de perfil y, por tanto, tres tipos de currículo distinto: el que se centra más en la docencia, el que combina ambas más o menos al 50% y el que se centra más en la investigación. Es decir, la propia Universidad marca unos objetivos que están claros desde el principio y perfil de la plaza, con lo que no es necesario reducir cargas a nadie y se evitan suspicacias entre compañeros. Entre tanto, en España hay convocatorias de plazas docentes en las que aparecen "requisitos imprevistos" o se buscan currículos muy pesados, con muchos papeles, certificados de todo "pero que al final no demuestran si eres válido o no", añade el investigador asturiano en el Reino Unido y que trata de buscar hueco en la universidad española.

La fiebre actual, por ejemplo, de que un profesor cuente con muchas publicaciones para su promoción hace que la calidad se resienta con "trabajos clónicos" e incluso, comentan algunos investigadores, "que se favorezca el plagio entre los más mediocres o con menos capacidades, perjudicando así a los que tienen más calidad. Aquí se malentiende la competitividad", subrayan los afectados. Sucede también que en muchos tribunales universitarios están juzgando los méritos de los futuros docentes personas con currículos más pobres que los aspirantes o con menos aportaciones que ellos pero, al fin y al cabo, son los que deciden.

La solución para evitar que científicos de élite sean rechazados por la Universidad radica precisamente en no dejar que se pierdan o 'exilien' los mejores. "Si hay un buen investigador que abra campo, atraerá mayor atención y, con ello, nuevas líneas de investigación, más colaboraciones con otras instituciones y otras investigadores, que es vital. En suma, redunda en una mayor calidad, impacto y prestigio de la Universidad", coinciden varios docentes.

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